jueves, 27 de noviembre de 2008

3º Capítulo/ Cartas marcadas...


02.06.2003 05.13 AM

Hola, Saskia… Bon dia o lo que sea cuando me leas…

Sé que estoy cometiendo un acto arriesgado, desde luego nada frecuente y dios quiera que tampoco estúpido, de dirigirme a ti aun sin saber quién eres ni por qué estabas esta noche en un programa de TV, esa tertulia literaria que dirige Sánchez Dragó. Te escribo todavía sonámbulo con la perversa intención de intentar explicarme —al tiempo que te explico en detalle— qué hago yo aquí a estas horas de mi madrugada escribiendo a una hermosa desconocida que cautivó mi mirada, toda mi atención, nada más despertar tras una copiosa y pesada cena que me ha dejado aletargado como una serpiente durante horas en el sillón del cuarto de estar. El acontecimiento fue así…

Esta tarde fue preciosa, de domingo, me la merecía. La pasé en casa escribiendo sobre mis cosas… De vez en cuando salía al jardín y me mecía en la hamaca o jugaba con Klee, mi amigo de cuatro patas, a estirar del otro extremo de la manguera de regar. Olíamos la madreselva, las hojas de salvia, recorría los maceteros buscando nuevos brotes de primavera. Dejé pasar las horas entre libros y hierbas. Mientras tanto florecían algunas palabras afortunadas, recuerdos agridulces, sensaciones… Fui indolente y feliz. Así toda una tarde deliciosamente solitaria…

También me regalé músicas diversas, de las que me gustan y acompañan normalmente cuando estoy en casa: La Belle y la Bête de Philip Glass, bandas originales de películas, un tipo de música que me encanta —Vanaprastham, In the Mood for Love—, y un potpurrí de grabaciones variopintas: un sentimental álbum de Nana Caymmi —Eu me lembro de você—, la grabación original de Alf Leila Wa Leila de Om Kalsoum, The Road To Ensenada de Lyle Lovett, el corrosivo Berlin de Lou Reed, y algunas cosas raras de DJ’s de New York, de la calle Orchand para más señas —te lo puedo decir así de corrido porque todavía están las cajas de CD’s sobre la mesa y no me cuesta mucho escribir estos títulos, nada más; por favor no malinterpretes esta aparente pedantería musical, tan heterogénea.

Cuando cayó la tarde Klee me recordó, lamiéndose, que era su hora de cenar: le llené su plato de bolas de pienso, la fuente de agua, y luego esperé que hiciera su meadita al lado del limonero, su árbol preferido… Y ya… La tarde estaba bien gastada, lista para añadir al catálogo de tardes mansas, otra más, por suerte —hoy me la merecía, te dije.

Entonces tuve ganas de cenar y prepararme algo especial. No es que tuviera mucha hambre —había picoteado cositas de vez en cuando— pero me apeteció hacer algo más consistente que la ensalada de tomate, apio, huevo duro y anchoas que me había compuesto y comido a media mañana. Así que busqué en la despensa, en el frigo, y fui tomando cosas de aquí y allá, preparando sartenes. En un santiamén me vi con la repisa llena: media bandeja de champiñones, un frasco con surtido variado de hongos y setas, una docena de pimientos de Padrón y media de espárragos trigueros, un par de cebollas francesas, otro de tomates en rama, albahaca fresca, una ramita de perejil, un diente de ajo, el aceite, la sal, la harina, el aceto balsámico, taquitos de jamón serrano para freír, y una cola de salmón fresquísimo que había comprado el sábado en el Corte Inglés; ah, y unas cerezas picota, un pan chapata y una cerveza sin alcohol para refrescarme mientras cocinaba. Apenas tardé en preparar todo poco más de media hora: una zarzuela de hongos y setas a la albahaca y el salmón acompañado por los pimientos y los espárragos, a la plancha; y me lo comí en otro tanto —aunque al final perdoné las picotas—… Por supuesto me abrí una botella de buen vino, Anima Negra 2000… Decirte que todo estaba sabroso y me supo a gloria sería una vanidad, pero es cierto… Klee dormía hace rato en su mantita junto a mí y yo me quedé dormido en el sillón al rato mientras veía las noticias de deportes en la 2: apenas recuerdo que Alonso fue quinto en Mónaco… Me quedé dormido como un bendito. No soñé o no lo recuerdo. Hace tiempo que no sueño o no recuerdo mis sueños, Saskia.

Al despertar, te vi por primera vez en mi vida. Todavía creo que eres un ángel, una angélica aparición.

Imagíname, por favor, atolondrado y derrotado tras la pesada digestión, con la lengua seca e hinchada por el vino, intentando reconocer quiénes estaban en la televisión nada más despertar de madrugada. Ah, sí, el Sánchez Dragó… ¿Y esa hermosa mujer de camiseta hindú rosa? ¡Qué ojos, dios! ¡Qué maravilla de sonrisa, luz de ángel!... ¿Y la demás gente?... —no conozco a nadie, qué más da—... Por dios, que enfoquen a esa mujer, sus ojos, su sonrisa —exigía con palabras altisonantes aunque estaba solo en mi casa y por supuesto el realizador no me podía oír… Que hable, que me hable otra vez… Ay, cielos, ¿quién es esa mujer y de qué habla? ¿Por qué está allí con el Dragó? ¿Por qué sonríe de tal modo mirando de reojo a la cámara, abatiendo sus pestañas? Qué prodigio, parece que me sonríe sólo a mí —me convencía con facilidad… ¿Sólo eres un sueño rosa, mi ángel de madrugada? Desde entonces, asombrado y todavía sonámbulo, te presiento y deseo como un ángel, Saskia —me gustó tu nombre raro nada más escucharlo… Entiendo a los profetas y a los geniales soñadores que reivindican siempre la aparición de un ángel como fuente de sus creaciones sobrenaturales. Profetizo que leeré en tus labios a un palmo de distancia, Saskia, o más cerca, y crearé mis obras maestras a tu sombra, o con tu recuerdo. Así sea, así será…

Apenas pude entrever la dirección de correo electrónico que apareció impresa bajo tu busto. La tomé como un regalo del destino, o mejor aún, algo que “me” regalabas para convocar no sé qué maravillas por venir… Qué dirección tan enrevesada la tuya, Saskia, y qué sopor el mío, entonces, y terribles los efectos colaterales de despertar así de pronto… Incluso ahora mismo que te escribo no estoy seguro de la totalidad de tus señas y me entra el miedo de que me haya confundido y esta confesión de madrugada no te llegue nunca a laverdaddesatya@hotmail.com...Voy a tener que escribir tres o cuatro direcciones parecidas a ver si tengo suerte y en una de ellas me lees, ojalá. Pero si aconteció el milagro de encontrarte al despertar —pensemos en las escasas probabilidades entre millones de posibilidades en nuestra contra— por qué no va a producirse otro milagro ahora más fácil y chico: que esta carta llegue a tus ojos, que me leas y sepas de mí, mi entusiasmo nada más verte. Lo deseo tanto, Saskia. Ahora depende de nuestra voluntad, querer o no querer, ésa es la cuestión…

Entre las cosas que (me) dijiste entendí que habías escrito una novela, la recién terminaste. Te confieso mi devoción por la escritura…Yo también escribo una novela, estoy en ello hace más de tres años y no veo como proseguir y acabar de una vez —me parece una tarea heroica. Comencé otros relatos largos antes, pero tampoco supe darles fin ni desarrollarlos más de unos capítulos —aunque sus historias te las podría contar de viva voz hasta en sus más mínimos detalles… El personaje femenino principal de mi última novela se llama Silvia y el masculino Bruno Llanes. Cuando imagino físicamente a Silvia lo hago pensando en Brooke Shields que por cierto os parecéis muchísimo; también tu voz me recuerda a mi Silvia inventada —imagina pues mi sorpresa al encontrarte frente a mis ojos, escuchándote.

De tu novela, recuerdo que decías que su personaje principal es una joven que diseña y crea jardines japoneses. Que nació en Mallorca pero aprendió su arte en Japón y recorre el mundo de isla en isla construyendo jardines originales, uno en cada una, como si fueran islas reinventadas en medio de islas reales… Nombraste islas del Mediterráneo que conozco muy bien y son algunos de mis lugares favoritos: Mallorca —en donde vivo—, Formentera, la microisla de Tabarca, Cerdeña, Sicilia, Stromboli, Santorini, Serifos… Y hablabas de tus viajes por Japón, en la India, la común condición existencial de viajeras de tu personaje y tú misma; y que tienes algo que ver con el arte, que a veces escribes sobre arte… Ah, si yo te contara —que te contaré si me das una oportunidad, admirada desconocida Saskia.

Yo también soy un viajero, por vocación, placer, y también gracias a mi trabajo. Me gustan las islas es decir poco; me gusta vivir en ellas, ser su náufrago. Por eso vivo en Mallorca, aquí vuelvo de vez en cuando, aquí tengo mi casa, desde ella te escribo esta madrugada del 2 de junio de 2003 (02.06.2003), fecha que investigaré y todos sus arcanos astrológicos, no lo dudes.

Recién llegué a la isla el sábado y el miércoles viajo de nuevo; estaré así, yendo y viniendo, este mes y casi todo julio. Te señalo mis etapas por si nos cruzamos en el camino y tienes curiosidad de conocerme. Primero a Moscú, sólo por unos días —estaré alojado en el Savoy, cerca del Bolshoi. Volveré el sábado a la isla. El martes siguiente viajaré a Roma, tres días; me encontrarás en el Grand Hotel Gianicolo, muy cerca de San Pietro in Montorio —qué maravilla, Saskia, las vistas de Roma desde la Academia de España. Creo que luego iré a Venecia —se inaugura la Bienal esa semana—, pero todavía no es seguro que vaya a la apertura ni dónde me aloje —en el Lido, supongo, pues mis hoteles favoritos ya están reservados en su totalidad para esas fechas… Lo que es seguro es que el día 18 voy a Tokio; estaré una semana justa; por supuesto me alojaré en el Yamanoue. Y de vuelta a Mallorca me quedaré un par de semanas en casa si es posible sin salir si no es para llevar a Klee de paseo… A mediados de julio debo estar en Estambul unos días pero todavía no sé las fechas ni dónde me puedes encontrar —ojalá me reserven en el Pera Palas, mi preferido.

Por favor, te ruego no interpretes esta agenda viajera como un acto de coquetería o vanidad, de prepotente pedantería. Como viajera sabes que no es de turismo lo que te estoy escribiendo. Las ciudades de las que te hablo forman parte más o menos sustancial de mi biografía viajera, por trabajo o por placer, que para mi caso es lo mismo. No soy turista, por supuesto; los aborrezco… Te dedico mi agenda, Saskia, para que puedas seguirme con tu imaginación si te apetece y dejarte caer en la tentación de pensarme mientras tanto. O me escribes algún correo si tienes curiosidad por conocerme, saber de mí, seguir leyéndome… No sé qué pasará por tu cabeza cuando me leas; si habré sabido llamar tu atención o no, parecido demasiado descarado o un loco obsesionado por tu sonrisa, confundido por tu milagrosa aparición, extraviado entre tus palabras… A lo mejor te apetece escribirme porque sí.

Saskia, son casi las cinco de la mañana... Aprovecharé que estoy desvelado para seguir escribiendo mis cosas hasta el amanecer. Esta noche te la dedico a ti por entero, Saskia. Una Rosa es una Rosa es una Rosa escribiré en Roma, haré graffiti por ti. En cada palabra que escriba, en todos mis puntos suspensivos, hilvanaré tu sonrisa angelical, mi luciérnaga.

Bona nit; es decir bon dia…

Pablo-Pau

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10.06.2003 11.28 AM

Hola, Saskia Rose
Llegué el domingo de noche de media luna. Esperaba encontrar letras tuyas de respuesta. Nada de nada. Ojalá mi carta no te haya incomodado; ni que fuera tan sosa que no mereciera al menos un saludo, aun breve… Saskia, sigo deseando una mirada tuya, aun compasiva…—y hasta una sonrisa, por qué no

En un par de horas salgo otra vez de paseo por el mundo. Me demoraré por ahí no sé cuántos días. Todavía no he decidido si ir o no a Venecia después de Roma.

Me hubiera gustado llevarme algo de ti en mi mochila, para qué ocultarlo…

Estoy un poco melancólico, te confieso, Saskia… Te reclamo en esta preciosa tarde de verano. Me despido reivindicativo, toro bravo…

Pau (impaciente)

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10.06.2003 00.08 PM

Por fin terminé de leer todos vuestros mensajes, casi quinientos en total. Nunca imaginé que tanta gente siguiera el programa literario de Sánchez Dragó a esas horas ni que respondierais con tanto entusiasmo a mi llamada de intercambiarnos ideas y experiencias sobre la escritura, ni mucho menos tanto interés por mi primera novela. ¡Muchas gracias por tantas palabras de ánimo!

Soy novata e ingenua en informática, así que no sabía —ni fui precavida— que el buzón de Hotmail se iba a saturar con tal cantidad de mensajes. La de problemas que me ha dado vuestro entusiasmo. Menos mal que también he recibido consejos sobre mi idea de “regalaros” la novela enviándola por correo electrónico. Así que me he dejado asesorar profesionalmente y hemos decidido abrir una sencilla página web y “colgar” el texto original en PDF y que se sirva libremente quien lo desee. Aprovecharé para escribir otro texto mío de presentación, con mis pensamientos originales, algunas experiencias que deseo comunicar y ya veremos qué más.

Entre vuestros mensajes he encontrado de todo, la mayoría “bueno y bonito”, pero ningún comentario desagradable o malintencionado, lo que os agradezco. Algunos me habéis comentado que se me veía segura y elocuente, pero que apenas tuve tiempo para extenderme sobre el argumento de mi novela. Si supierais qué nervios tenía; era mi primera entrevista en TV… También el presentador imponía lo suyo, ya sabéis cómo es Sánchez Dragó de quisquilloso en sus preguntas. En fin, que agradezco nuevamente vuestros afectos y prometo responder a cada uno individualmente, aunque sólo sea con una palabra, eso sí “personalizada” y emocionada.

El dominio en donde alojaré mis páginas se llamará “laverdaddesatya”, es decir como el título de la novela:. Enviaré un aviso masivo y ya veremos cómo podemos celebrar juntos su inauguración, desde luego como un acto de amor literario…

Algunas editoriales me han contactado mostrando interés por La Verdad de Satya, desaconsejándome que la “regale” a través de la red. Piensan que esta edición libre en Internet restará interés comercial a mi novela… Creo que no están preparados para los tiempos que corren y para las nuevas vías de creación y difusión literaria que empezamos a disponer. ¿Qué hay más estimulante y gratificante para un autor novel que saberse leído por miles de lectores y mantener con ellos una más que entrañable?… Mantengo que mi primera novela será un regalo para quien la encuentre… Escribirla fue un acto heroico por muchos motivos; ofrecerla abiertamente en TV un acto de amor colectivo; depositarla a la vista y al deseo literario de todos un acto de generosidad mutua entre el autor y sus lectores… Soy libre y me siento libre, como Satya, mi heroína… la Verdad de Satya es su libertad.

Hasta muy pronto, cuando os anuncie “laverdaddesatya”. Tened paciencia, sed pacientes. La paciencia es la ciencia de la paz…

Saskia. Besos rosas.

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10.06.2003 01.02 PM

Hola, Pau-Pablo. Ten paciencia. Te escribiré en cuanto pueda. Me dices que sales de viaje otra vez. Llévate mis palabras contigo. Fuiste el primero que leí nada más despertar. Buen viaje. Beso rosa especial para ti. Saskia.

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10.06.2003 01.15 PM

Gracias Saskia. Son palabras suficientes. No sabes la voluntad y la paciencia que tengo, como el guerrero de Castaneda, además la llevo en mi nombre. Esperaré tu carta en silencio. Disfruta de las palabras. Besos. Pau

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18.06.2003 00.12 AM

Os anuncio que mi Web “laverdaddesatya” ya está abierta con sus puertas de par en par para que la visitéis, me conozcáis mejor y podáis llevaros de regalo La Verdad de Satya… Que la disfrutéis, amigos. Que la verdad nos haga libres… Gracias por compartir mi más especial acto de creación y amor libre literarios.

Gracias por vuestra paciencia y entusiasta interés.

Saskia Roca de Togores

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18.06.2003 07.13 PM

Hola Pau…

Te imagino ya en Tokio, un día después, descansando tras el viaje. Te escribo ahora esta pequeña nota para decirte que tu primera carta, que fue la primera que recibí y leí, me encantó y casi ruborizó (con un color más subido que el rosa de mi camiseta y maquillaje). Te sentí muy cerca, tan sincero como libre; tan sincero y libre como yo, además de romántico y apasionado… Presiento que algún día nos conoceremos. Cuando vaya a Mallorca este verano te aviso, nos vemos y charlamos… No quiero perder tu correspondencia. Escríbeme a éste correo personal saskiarocadetogores@yahoo.es y cuéntame de tus viajes.

Ahora estás en Japón. Lo que daría por estar de nuevo en ese país que me fascina y en el que he aprendido tanto, sobre todo a estar en el mundo con una sensibilidad digamos artística, profundamente conectada al arte y la naturaleza. Te envidio, te admiro, Pau-Pablo. Te seguiré por el mundo con mi imaginación y mi sonrisa más rosa, como tú dices… Muchos besos por ahora.

Saskia

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21.06.2003 09.13 PM

Hola Saskia… Te escribo de madrugada en Tokio. Estuvo lloviendo toda la tarde, cené pronto, me acosté; recién me he levantado para escribirte y hacer tiempo para ir a las cuatro al mercado de pescado de Tokio, el Tsukiji, uno de los espectáculos más fascinantes que pueden verse y que estoy seguro conoces.

Desde hace unos años cuando vengo a Tokio me alojo en el hotel Yamanoue, conocido como el Hilltop Hotel —porque se encuentra sobre una pequeña colina, ahora rodeado por una de las universidades de Tokio… De aquí salió Mishima con sus discípulos para hacerse el seppuko que consiste en abrirse en canal el vientre de izquierda a derecha y luego otra vez al centro y desde allí hacia arriba hasta el esternón, todo ello según un ritual preciso según las reglas del bushido, el código de los samurais. No sé si sabes que este dolorosísimo suicidio ha de hacerse sin mancharse de sangre las propias manos del suicida (lo que sería su deshonra) y con la intervención de alguien de su confianza, un compañero o kaishaku (caballero), que ha de cortar la cabeza al suicida por honor si ve que sufre “lo insufrible”; en el caso del suicidio ritual de Mishima, su compañero falló los tres primeros intentos de decapitación… que sólo pudo culminar otro amigo. Qué “jodido” narcisista y grandísimo escritor Mishima, y que vida y muerte tan sublimes (lo digo como categoría estética romántica); murió joven, es decir héroe, por su voluntad existencialista, su desmedida pasión por la belleza…

Habitar este hotel es un verdadero regalo para mi proverbial fetichismo existencial, mi búsqueda de sentidos simbólicos a lo que ordinariamente llamamos “vida corriente”. En realidad resulta excitante, estéticamente hablando, habitar de vez en cuando la habitación de Mishima en el Yamanoue, hacer el amor aquí, en donde parece ser acabó de escribir su última novela —La corrupción de un ángel— poco antes de suicidarse el 25 de noviembre de 1970.

Cerca del hotel hay tiendas que venden instrumentos musicales, sobre todo guitarras eléctricas de segunda mano —ayer estuve a punto de comprar una presunta guitarra de Eric Clapton, y no sé tocar ni las castañuelas, aunque de jovencito tocaba en un grupo aficionado “de oído” e incluso me atrevía con la rítmica de “La Casa del Sol Naciente” o algún solo al estilo de King Crimson… —lo que tiene uno que hacer de jovencito para enamorar a una colegiala de las Teresianas con rebeca azul y cortísima falda plisada; qué reclamos los de la primavera y los del amor… Por cierto, el primer libro de Mishima que compré —Sed de Amor— se lo regalé a una chica que me quería ligar un día de San Valentín; pensaba que el título de la novela era suficientemente explícito para que entendiera mis intenciones…Y vaya que las entendió. Cinco años después me casé con ella, es la madre de mi hijo, nos divorciamos de mutuo acuerdo, y yo me quedé el libro…

Bueno, volvamos al asunto “Japón”… Japón no es mi país ni cultura preferidos en Asia, pero sí mi primera experiencia en Oriente, algo así como el primer amor, la primera amante “prohibida”… De hecho mi primer viaje largo, especial, fue a Japón, en los ochenta… —ay, dios, cuánto tiempo. Estuve tres semanas; cuando llegué era septiembre, finales: los parques, los bosques, amarilleaban y luego anaranjeaban, por días, por horas, se hacían oro viejo antes incluso que el tiempo les reclamara su deuda con la vida... Además de Tokio, estuve entonces en Kamakura, en Nara, en Kyoto y en Osaka. En mi primera noche en Tokio estuve alojado en un hotel en Ginza, en una habitación absolutamente cool y “supertechno” en donde experimenté el trance de mi primer terremoto y la sorpresa de sentir cómo mi cama se movía aun sin querer —tampoco es que haya aprendido desde entonces a moverla queriendo; bueno, sí, un poco… Queriendo se puede mover hasta el universo a tu alrededor… Pues eso, que vaya susto… —nuestro primer terremoto, como otros primeros estremecimientos del cuerpo, son inolvidables… ¿no?

Me fascinó Kamakura, sus bosques, la bahía y por supuesto sus templos: el Buda Amida Nyorai —el Buda de la luz infinita, su sonrisa— en el templo de Kotokouin, que fue el primero que visité… y los demás templos budistas y sintho de la ciudad y sus alrededores… —en especial el templo dedicado al buda niño, no recuerdo su nombre, en donde precisamente estuve el 21 de septiembre, día del equinoccio de otoño, día para honrar los familiares y amigos muertos… Saskia, es posible que conozcas este templo; aun con todo imagina conmigo sus laderas con miles de figuritas de budas niños con vestiditos de colores y pañuelos de seda al cuello; una niebla de incienso entre sus veredas, bruma sagrada… y cientos de padres llevando sus ofrendas a estos buditas niños que representan sus propios hijos muertos recién nacidos, sus bebés, incluso los que nunca vieron la luz —una experiencia mística, de verdad… Qué maravilla ese olor a incienso impregnando el bosque, extendiéndose invisible con solo pestañear las hojas y el roce de mi silueta sobre sus troncos… Imagina ver despedirse la tarde frente a la bahía de Kamakura desde un bosque de bambúes gigantes, el cielo violeta perfecto, púrpura… La eterna belleza, es decir suspendida en el instante, sublime… de escalofrío, Saskia.

En Kamakura compré algunos de mis souvenirs más queridos: un juego de recipientes de laca color rojo cinabrio, mi primer rakú; y un par de antigüedades: una bandeja para el té de laca negra con incrustaciones de madreperla y una pipa para fumar opio de concha de tortuga, caña de bambú y latón dorado… He vuelto otras veces a Kamakura y he podido recorrer creo que todos sus templos y veredas sagradas: el Engaku-ji, el Hase Kannon, y el Toke-jui —ese templo que era utilizado por las mujeres que querían divorciarse de sus maridos—, el santuario Kamakura-gu… ¡Tantos lugares hermosos y santos!

Otro día te contaré mis experiencias en Nara y Kyoto, en el resto de Japón, las alternaremos con las tuyas; los dos, Sherezades a gusto… Acabo ya esta carta. Se me va a hacer tarde para llegar a tiempo al Tsukiji. Siempre que vengo a Tokio voy al menos una vez al Tsukiji aprovechando mis noches insomnes por el jet lag —estoy seguro que lo conoces, así que me ahorro más detalles sobre el mercado y su espectáculo.

De despedida te trascribo un fragmento que he escrito esta mañana en mi Moleskine: "quédate durmiendo, amor, volveré cuando despiertes; voy a intentar suicidarme nuevamente con fugu, el pescado venenoso… no temas, no me he muerto todavía y mira que lo he intentado… creo que estoy inmunizado a ese veneno y a la muerte heroica… ¿Serán tu amor y nuestras petit mort de cada día el antídoto perfecto, no?"... Lo he escrito en el Parque Koishikawa Korakuen, frente a uno de sus jardines repletos de Iris violetas. Recuerda, Saskia, estamos en plena floración de lirios en Japón; tanta belleza conmueve.

Por cierto, Saskia… ¿No serás “caballo de fuego” por fatalidad? No desearía tener ningún otro affaire amoroso con una mujer hinoe uma —“caballo de fuego” según el horóscopo chino-japonés, es decir nacida en 1966, lo que es casi un tabú en Oriente. Ya me enamoré una vez de una “yegua de fuego” y todavía me estoy recuperando de las heridas de sus dientes, de su fuego, cicatrizadas pero dolientes todos los días con excesiva humedad, como hoy por ejemplo…

Bon dia, Saskia… Besos-Pau

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22.06.2003 11.10 AM

Hola, Pablo-Pau… Sí, soy “caballo de fuego”. Nací el 6 de junio de 1966. Nunca se habían metido con mi horóscopo hasta ahora, solamente con mis fechas: 6.6.66. Tú sabrás qué hacer…

Me encantó tu carta desde Tokio. Me hiciste recordar tantas cosas, tantas sensaciones aún vivas. Disculpa que no te escriba tanto como tú quisieras y yo también, pero las ocupaciones cotidianas me abarcan demasiado tiempo, estos días están siendo una locura, ahora con la mudanza de la casa de mi padre, ayudándole a empaquetar una vida, mi infancia y adolescencia también. Tengo un problema con los objetos, el exceso de fetichismo me ha convertido en una iconoclasta, estoy tirando todo, no soporto las ataduras nostálgicas que se desprenden de los objetos. Si es que los hombres tienen alma, los objetos también. Debería estar prohibido regalar cosas que no sean consumibles, y si no lo son deberían tener fecha de caducidad. ¿Cómo te las apañas con tantos recuerdos? Yo decidí no crear más objetos por los apegos infinitamente extensibles a los que me avocaba. Una locura de sensaciones, de conexiones, de deseos, de necesidades. Mucho mejor guardar lo seleccionado en la mente y expresarlo con la palabra. Por cierto escribes muy bien, consigues que te sienta, que te conozca. Es un misterio no saber cómo eres físicamente, no tengo prisa, tampoco sé cual es tu dedicación, por la cual quizá viajes tanto y tan solo? Interpreté que a lo mejor tienes algo o mucho que ver con el arte ¿Se viaja tanto con el arte? O periodista o yo qué sé…

Sigue escribiéndome. Me hace bien.

Besos. Saskia.

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23.06.2003 01.10 PM

¡Lo intuía, Saskia! ¡Yegua de fuego! Tengo que reponerme del shock… A ver qué se me ocurre para engañar al Destino.

Son muy importantes los nombres, los títulos, las fechas, no se pueden dejar al azar… Por ejemplo es muy especial tener un hijo que haya nacido el 30 de marzo, fecha del nacimiento de Goya, o el primer encuentro de una mujer y un hombre el 18 de diciembre o 29 de junio, fechas que señalan la vida de Paul Klee, por ejemplo… En cuanto al nombre, mis favoritos empiezan por la partícula “mar” o la contienen: Mar, Marina, Margarita, Marta, María… —lo que es una suerte vivir en España y haber viajado tanto por Latinoamérica, que tantas mujeres tienen un “María” entre sus nombres aunque no lo utilicen. El problema viene ahora con las jovencitas que todas se llaman Raquel, Rebeca, Silvia o Paula a secas, y ya no te digo con nombres como Saskia, etc… que no sé cómo pegar el “mar” a tu nombre, querida. Con las demás nacionalidades, las demás lenguas, soy un promiscuo sentimental, lo confieso, me da igual cualquier nombre con tal que tenga alguna vocal entre sus consonantes…

Sí, tengo que ver algo o mucho con el arte, el arte de la vida, por supuesto. Mañana vuelvo a Europa, llegaré a la isla en dos días. Nos leemos y escribimos entonces.

Besos de mostaza. Pablo

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25.06.2003 00.25 AM

Querida Saskia. Regresé esta misma noche a la isla. Estoy cansado, fatigado por el viaje, los controles en los aeropuertos, las largas esperas. Llevo casi un mes vagamundeando por ahí… Hace calor en Mallorca, en casa; la tímida brisa de madrugada apenas abanica las hojas. Si extraño mi cama o me sofoca la noche intentaré dormir sobre la “hamaca/barca/media luna”, bajo la madreselva. En todo caso cerraré los ojos en un rato y ojalá sepa soñarte... Mañana espero/deseo escribirte un poco más largo… porque me gusta saber que me lees, rosa Saskia.

Me despido por unas horas, una nadería...

Bon dia ya… Pau

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26.06.2003 11.55 PM

Casi en la media noche te escribo, Saskia, en la isla grande. Estuve entretenido con cosas domésticas todo el día, hacía tanto tiempo. Estoy perezoso, desubicado, extranjero en mi casa… Saldré ahora a vaguear con Klee un rato por la playa y luego mi fiel amigo hará su cagadita de cada noche en la puerta de la Fundación Miró… Hace calor, demasiada. Voy medio desnudo; apenas llevo enredado en mi hombro un hilo de brisa y tu sonrisa adherida a mis pestañas… para qué más esta noche de calor y sofoco.
Aun recuerdo tu voz. Saskia, o la invento… no sé.

Calor, spleen en Mallorca... Debussy y Sonny Rollins... Me gusta escribirte, Saskia, para leerte mañana.

Besos que abanican… Pau

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27.06.2003 00.43 AM

Qué gusto pasear por la playa a estas horas, Pau... Ahora en Madrid también hace un calor sofocante, pero no hay mar ni playas por las que perderse ni hilos de brisa que enredarse en el cuerpo ni…

Aquí el ánimo también es melancólico, debe ser cosa de la temperatura, de la sequedad, de las alturas...

Cuando nos encontremos, que nos veremos este verano te prometo, tienes que contarme historias de tus viajes, anécdotas, me apasiona viajar, mi vida es un viaje a mi aire. En febrero y marzo pasados estuve en Japón, y el anterior en el norte de la India. Me fascinan esos países y su cultura. Yo fui una geisha en otro tiempo, seguro que sí…

Te deseo una buena noche, aire fresco… Besos de verano.

Saskia

PD: Se me olvidaba decirte que estaré unos días en la Sierra, temas familiares. No llevaré el ordenador portátil, así que no podré escribirte ni leer. No obstante escríbeme tú si quieres y apetece. Intentaré buscar un cyber-café para controlar los mensajes que me envían mis lectores y de paso leer los tuyos. Podrías leerme mientras tanto en mi novela, La Verdad de Satya. ¿La empezaste ya? ¿Qué te parece? Sigue…

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29.06.2003 11.43 PM

Te escribo de noche, como siempre, de espaldas al mar… Una leve brisa de seda, apenas un suspiro, se enreda al cuello mientras te escribo. Mi jardín huele hierbabuena y madreselva. Yo huelo a jazmín y canela.

Hoy fue un día de mar salada y velas blancas. Me duele el sol en los hombros, en la frente, en los pómulos. Me quema la piel de ir tan desnudo por la vida y esos mundos de dios. Es que los viajeros somos unos extravagantes nudistas exhibicionistas o qué sé yo, Saskia… Pues eso, que estuve en el mar en un barco de vela (ajeno) y me quemé demasiado. Ya ves, eso de pasear por el norte y bajo sus auroras boreales al final trae consecuencias lamentables. Nunca me acostumbraré al norte ni a sus cielos opacos.

Esta tarde te recordé, mujer, te imaginé. Encarando el puerto de Andraxt te imaginé sirena, vestida de mar azul prusia. Qué locos estos viajeros exhibicionistas y qué imaginación la suya, dirás... Era una tarde tan hermosa, Saskia, que quise invitarte a mis ojos para que fuera inolvidable. Bienvenida Saskia, la sirena de mis tardes de insolación, ángel de mis madrugadas...

Comenzaré a leer tu novela mañana. Pondré voz a tus palabras Saskia-Saskia, y colores y sabores: sonrisa rosa, voz limón, mirada de dulce de leche...

Me pides que te hable de mis viajes… Ya lo hago entre líneas, Saskia. Además estoy seguro que algún día —ojalá pronto— nos regalaremos cuentos a la luz de la luna o al atardecer, por ejemplo. Me gusta contar historias vividas, cuentos, y que me los cuenten cerca… ¿Recuerdas Memorias de África? ¿Te gustó? ¿Quieres disfrazarte de Sherezade en un Ryad del sur de Marruecos, en Mogador por ejemplo? ¿O disfrazarte cómo? ¿Dónde, cuándo? Tiempo habrá los próximos días, meses, años, para escribirnos y leernos.

Creo que van a adelantar mi viaje a Estambul, el miércoles me lo confirman. Pasaré los próximos días en la finca de unos amigos al otro lado de la isla, descansando y dejándome ganar por mis perezas. Dejaré que los días vengan de puntillas; a ver si aprendo de nuevo a dormir a las horas, cuando la mirada empieza a sentirse derrotada... Te escribiré siempre que pueda con la ilusión de dibujar sonrisas frescas en tu cara aniñada. Ah, por cierto, he impreso la foto que tenías “colgada” en tu página Web. ¿Es reciente? ¿Antes o después del programa de TV? Te noto cansada, tienes la mirada y la sonrisa cansada o preocupada. Me resulta extraña al compararla con mis recuerdos —de menos de un mes, ¡Tanto!

Bona nit, mi luciérnaga… Será bon dia cuando me leas…

Pau

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01.07.2003 11.20 PM

He vuelto antes de lo previsto a Madrid. Han cambiado los planes. Nos vamos unos días a Cádiz. Espero pasar también algún día en Tarifa, que me encanta. Nos escribimos y leemos pronto, querido Pau o Pablo o como quieras que te llames. Volveré a hacer más o menos vida normal cuando vuelva a Madrid el 10 de julio. Besos que se alejan. Saskia

PD: La foto es de la semana después del programa. Mi alma se trasluce en la cara. No fueron buenos días por otros motivos. Ya pasó.

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04.07.2003 02.39 AM

Querida Saskia: recién llego de la noche, de caminar por ahí. Disfruté el regalito de tu novela y la leí ayer de un tirón frente al mar que deseas.

Me gustó la novela, el mosaico que inventaste, un collage de deliciosos fragmentos. Tengo que volver a algunos párrafos, a algunas escenas para saborearte más y con más tiempo. Esa teoría del deseo me interesa, es genial. En la página 150 hay unos párrafos repetidos, mira a ver si los corriges…. Bien por los nombres y referencias de artistas, como los relacionas con las islas y con los proyectos de jardín de tu protagonista, pero esperaba más, muchos más que ilustraran esas secuencias y escenas. De todos modos tienes una gran habilidad para hacer visibles las escenas y los personajes, parecen videoclips; y sensibilidad para hacer aflorar sentimientos, emociones intensas, muy poéticas. Me gusta tu música, la que señalas de fondo Ah, y trabajas muy bien el lenguaje a pesar de lo que digan algunos comentarios en tu página. Por cierto, esa idea tuya sobre la inutilidad, ¿no tiene que ver con el concepto de indiferencia de Duchamp?

Bueno, también escribí esta mañana algo para ti, algo sobre los viajes... Te lo adjunto a esta cartita. Tiene que ver con Venezia y con el libro de Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles. Espero que te guste. Lo escribí hace unos años pero lo he “reformado” hoy mismo. Me inspiras, Saskia.

El sábado viajo a Estambul por fin… Volveré la semana siguiente, quizás por Madrid. También estoy viendo la opción de irme a Venezia luego de Estambul. Ya veremos. Aunque necesito llevar en orden mi agenda no me gusta hacer planes, o los rehago sobre la marcha. ¿Quién puede asegurar qué será de nosotros mañana, la próxima semana? Vivamos el tiempo que nos merecemos como está escrito, por lo menos. ¿O no?

Besos sabor vodka con maracuyá…

PAUBLO
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11.07.2003 03.13 AM

Querida Saskia, siempre en mi recuerdo…

Te escribo en la habitación del hotel, mirando al Bósforo. El gran ventanal abierto, y el aire acondicionado a tope. Hace un calor insoportable esta noche. Mis asuntos van bien, aunque no con el resultado que hubiera deseado. No siempre se puede ganar. Volveré a España el domingo por la tarde. Me quedaré a dormir en Madrid y el lunes iré a Venezia para tres o cuatro días. Ya sabes, la Bienal que no pude estar en su inauguración.

Cualquiera te dirá que Estambul es una ciudad reclinada sobre el Mar de Mármara y el Cuerno de Oro. No sé si la conoces, y si es así, qué te voy a contar… Hermoso Mar de Mármara: tres veces Mar… Mar… Mar… Estambul es una de mis ciudades preferidas, de esas que se añoran y desean a distancia, a la que vuelvo siempre que puedo para estar por estar y dejar pasar los días sin otro motivo. Me gusta volver de vez en cuando, que no pase mucho tiempo para que no cambie demasiado. No quiero alojarme, y alojar a Estambul, únicamente en mi memoria…

Cuando vengo por mi cuenta, suelo alojarme en el Ayasofia Pansyons (cerca del Topkapi, en la callecita de las maravillas y casitas de madera) y otras veces en El Yesil Ev (Green House), muy cerquita del primero. Me gusta la decoración otomana tardía, tan decadente a la vez que sutil, las habitaciones tapizadas en seda o terciopelo adamascado, las maderas de limoncillo y palo de rosa, las incrustaciones de madre perla y nácar. En Estambul puedo dar rienda a mi cínico romanticismo, solo o acompañado, como quieras. En cada viaje a Estambul inauguro o invento amantes; o ellas me inventan a mí, que es lo mismo dada la voracidad de nuestra imaginación para derrotarnos sobre los cubrecamas y sábanas recreando nuevamente nuestros cuerpos. Estambul es una pura y permanente invención o una serie de deliciosas realidades y derrotas encadenadas con eslabones de seda, que para el caso es lo mismo —¿no se trata de renacer?

Es innecesario que te describa la redondez de las cúpulas y la agudeza de los alminares hacia el cielo, que te guíe en un recorrido turístico por Hagia Sophia, la Mezquita Azul y por casi todas las mezquitas de casi todos sus sultanes y los serrallos y la Biblioteca; hace tiempo que dejé de visitar monumentos en Estambul. Tampoco el Gran Bazar, el Kapali Çarci, es el lugar que más frecuento —prefiero otros bazares, otros zocos de mis otras ciudades: Kairuán, Marrakech, Jerusalén, El Cairo… Aun con todo, de vez en cuando, merodeo por algunos de sus rincones más auténticos y me detengo a manosear libros editados en Londres o Berlín, a acariciar sus encuadernaciones, o paso horas rebuscando antiguos platos y azulejos de Iznik y Ragges, encontrando figuritas de alabastro, de sardónice, de malaquita, de esas que uno no puede pasar de largo como si nada. Tengo la vida llena de libros, de encuadernaciones, de raras porcelanas y esculturitas en piedras preciosas. Colecciono recuerdos y los amontono a su capricho —a menudo los recuerdos se confunden entre ellos.

Prefiero perderme en el Bazar Egipcio, en el de las especias, y dejarme llevar por los olores y los colores del pimentón y el comino, por la canela y el curry, el jengibre, los tés y manzanillas, las legumbres, los granos de café… y las sonrisas de las mujeres y sus blancas ferocidades… y sus ojos tristes y profundos. Al salir del tumulto siempre hay un “lokanta” en el que reposar y comer cualquier plato del día: casi siempre verduras y hortalizas, ensaladas de tomates, berenjenas y garbanzos, aderezadas por la “tahina”, la crema de semillas de sésamo… y huevos o arroz, y cordero deshuesado con dátiles, ummm… y bebiendo “ayran” o té, y regalándome a los hojaldres y las delicias turcas… ummm… —qué delicioso simulacro de cuerpos devorándose, caníbales insumisos e insatisfechos.

Cuando estoy solo en la ciudad, muchas noches salgo a vagamundear sin rumbo por la Istiklal Caddesi hasta que no puedo más de tanto bullicio; luego voy a esconderme en alguna taberna subterránea a mirar. No sé que me pasa en Estambul —o en Venezia— cuando estoy solo. Parezco un caracol con su inmensa esfera de los recuerdos espirales a cuestas, tan refugiado y ensimismado que hasta me hago invisible frente a los cristales de los escaparates. Así que no me queda más remedio que mirar y hacer que me miren para saberme aquí y ahora y no en las demás ciudades de mis fechorías o a la cintura de los amores que fueron para siempre mientras duraron o a la sombra de sus lejanas estaturas. Me entretengo a mi manera tejiendo fantásticas telas de araña para atrapar al aire nuevos ojos verdes, negros, azules, avellanas con miel, de esos que andan por ahí buscando sonrisas desconocidas. Las aventuras más apasionadas nacen de miradas furtivas, da igual si descaradas o agazapadas tras un discreto velo de aparente indiferencia, que te convocan sin más garantía que su belleza a una cita urgente e inaplazable sólo apta para gente con corazón de verdad. Y es que en una mirada sabemos ya cómo se enredarán luego nuestras pestañas, cómo nos escalaremos temerarios y arrojaremos suicidas al pozo hondo del placer aquella noche, y si habrá o no después un último cigarrillo… Incluso adivinamos en un abrir y cerrar de ojos la partitura de sus gemidos y el guión de nuestras palabras de adiós o hasta luego sin mucha convicción ni esperanza. En Estambul —como en Venezia— ninguna mujer puede ser confundida con una puta ladrona aunque te haya robado el alma para siempre o dejado en la más completa ruina por un beso de esos que nunca aprenderemos a contar con palabras ni falta que hace. Quien ama tan locamente no tiene derecho a reclamar luego su alma o su fortuna o la exacta verificación de todas esas promesas que se dicen por decir cuando se finge estar enamorado.

Estoy seguro que si vienes a Estambul querrás ir a los baños turcos para hermosear tu piel y tu vientre, dejar pasar dulcemente el tiempo en el hammam… sin duda excitada, impaciente y nerviosa, deseando ya mismo las desconocidas caricias que te esperan aún no sabes dónde, si en su hotel, si en el tuyo o en una preciosa buhardilla con vistas al Bósforo en el barrio de Babek —ay, estas mujeres que parecen niñas; como si fuera la primera vez que tus muslos y tu espalda fueran a tensarse por el placer de un amor de una sola noche, de esos a primera vista que no duelen… Deja hacer a esas mujeres grandes del hamman, son maestras en los misterios del cuerpo y sus secretos más íntimos, deja que te descubran tus preciosos resortes escondidos que desconocías por unas liras… Seguro que entre la espuma y las manos de esas mujeres te sorprenderás lloriqueando entre risas, estremeciéndote no sólo con escalofríos… Amando tu cuerpo en sus manos aprenderás a regalarte derrochadora más tarde…

Ve tú a saber donde nos encontraremos por primera vez, frente a frente; si nos encontraremos en Estambul o dónde. Ya conoces como son los misterios del Destino y sus juegos de prestidigitación a los que nos tiene acostumbrados. Mira que pasó aquella madrugada no hace tanto en la que quise reconocerte todavía sonámbulo, y mira las palabras que nos hemos leído, y las que no nos hemos escrito por pudor todavía… Ojalá pueda guiarte por los laberintos de Agatha Christie en mi hotel preferido, en el Pera Palas. A lo mejor nos ayudamos por unos días, cómplices, a cometer un asesinato irresoluble, el de la soledad… Te prometo que no habrá armisticios ni treguas. Soy un conversador desalmado, un viajero despiadado, un amante de los de antes de la guerra… Soy Pau Bondia, el alquimista, el que cambia el valor de las palabras sólo con escribirlas. Pero eso tú ya lo sabes, lo vas descubriendo poco a poco mientras sueñas estar en Estambul sobre el tapiz volador de mi literatura… Qué te voy a decir que no haya descubierto en una mirada…

Ven pronto, cuando quieras… Besos húmedos y salados desde Estambul. Qué sofoco…

Pau / Pablo

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11.07.2003 02.13 PM

Mi querido Pablo, tengo tantas cosas que contarte. No sé cómo lo has hecho pero has logrado que piense en ti todo el tiempo, en lo que me escribes y vas filtrando sabiamente, con sensibilidad en tus cartas. Contigo tengo muchas conexiones, causalidades o sincronías, como quiera que se llame. El día después de que me escribieras sobre Venecia y me enviaras aquel texto tuyo sobre Las Ciudades Invisibles, me topé con una revista antigua —El Europeo— en la biblioteca de la casa donde estaba en Cádiz; la abro a voleo y me encuentro con un artículo sobre Venecia escrito por Félix de Azúa… Buscando en la misma biblioteca El Elogio de la Sombra, me encuentro el libro de Italo Calvino fuera de orden al lado del de Junichiro Tanizaki. ¡Increible! Pero lo más sorprendente fue lo que sucedió ayer y esta mañana al leer tu preciosa y sensual carta desde Estambul. Te explico:

Ayer vino a verme una de mis mejores amigas, Iris. Venía a proponerme nada más ni menos que fuera con ella a Estambul a pasar este fin de semana. Participa en una reunión financiera internacional allí y la organización la invita junto con un acompañante de su elección. ¡Imagínate, Pablo qué casualidad, qué magia! La última vez que estuve en Estambul también lo hice con Iris. Es una ciudad que nos fascina a ambas. Además la madre de Iris es turca, aunque educada en Francia, y siempre se ha sentido muy unida a esa ciudad. Le conté que alguien que conocía sólo por carta y a través de sus escritos estaba ahora allí. Con sólo contarle un poco de ti y leerle tu carta desde Tokio, Iris hizo todo lo posible para convencerme de que la acompañara sin excusas y nos encontráramos tú y yo por primera vez en esa sensual ciudad entre dos mundos, dos tiempos, en “tierra de nadie”. Piensa en el sobresalto que he sufrido al leer tu carta desde Estambul esta mañana. La he leído y releído tres veces, me ha hecho flaquear las piernas, incluso imaginar nuestro encuentro así por sorpresa y gracias al destino en Estambul. Pero no puede ser, Pablo —ya te contaré en otro momento y con más detalle por qué no es posible… Salgo en un rato a la Sierra a pasar el fin de semana, mi presencia allí hasta el domingo es inexcusable…

Sí he estado en el hammam que está al lado del hotel Pera Palas, ahora no recuerdo el nombre, — ¿Galatasaray?— y me he entregado indolente y emocionada a las manos de las matronas carnosas y decididas. Sin rechistar me han depurado de asquerosos rollitos de materia, y luego me han restregado sin piedad con jabón, por el cuerpo, por la cabeza, por los ojos, me han frotado, me han vapuleado, me han regado, me han sonreído con complicidad, me han vuelto a regar y luego me han dejado descansar al calor de la piedra de mármol. Sentí renacer, las aguas me fascinan, y los cuerpos desnudos desdibujados por el vapor, los movimientos lentos, los sonidos del silencio. Luego cené en el Pera, recorrí a hurtadillas sus pasillos y más tarde me tomé un té de manzana en una terracita con vistas al barco hundido en la costa del Marmara. Qué maravilla de ciudad, efectivamente de las más hermosas del mundo.

Pablo, por cada carta que me escribes se me ocurren diez para contestarte; pero a veces, ante el exceso, retorno a la filosofía del haiku.

Y como si fuera un haiku entiende estas palabras que voy a escribirte ahora. No lo había pensado al empezar esta carta. Es un impulso… Quiero que nos encontremos en Madrid este domingo. No pierdas el olor y los sabores de Estambul por el camino, Pablo, por favor…

Te dejo mi número de teléfono para que me envíes un mensaje cuando hayas llegado a tu hotel en Madrid el domingo. Te diré cuándo y dónde nos encontramos. No sé cuándo podré bajar de la Sierra.

Hasta ayer soñaba contigo; trenzaba mis palabras a las tuyas para confeccionar una especie de tapiz mágico con tu rostro y tu cuerpo todavía desconocidos. Te veía con varias caras, intentaba descifrarte. En tu carta desde Estambul escribes tu nombre: Pau Bondia; no es suficiente… He buscado en Google tu rostro, no tu curriculum. He encontrado una foto tuya frente al mar azul, tan azul como el de tu camisa. Estás de perfil y tienes rostro de marinero. Esa imagen sí es suficiente. Sé que miras lejos y profundo, me basta… ¿A qué sabe tu voz?

Nos vemos el domingo, querido Pablo, mi alquimista. No estoy nerviosa… ¿Y tú?

Besos de Saskia, originales.

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El domingo 13 de julio de 2003 llegué a Madrid a media tarde vía París. Ya en el hotel envié un sencillo mensaje a Saskia: “Estoy en tu territorio. Guíame”. Exactamente a las 9 de la noche recibo su mensaje de respuesta: “A las 10 en Chicote. Espérame si llego tarde. A qué sabe tu voz? Has cenado? Besos mientras tanto

Recordando emocionado aquel nuestro primer encuentro, no dejo de preguntarme todavía por qué Saskia me citó en Chicote a las 10 de la noche de un domingo de julio caluroso y tormentoso en el que probablemente se encontraría cerrado… Y así fue, estaba cerrado a cal y canto. La esperé cerca de media hora más deambulando por las aceras de la Gran Vía hasta que me llamó con su móvil.
—Soy Saskia, estoy llegando… —oí su dulce voz nuevamente, la echaba en falta desde hacía 42 días.
Chicote está cerrado, Saskia, estoy esperándote en la esquina próxima, en la Gran Vía.
—Qué pena… Dejaré el coche en un aparcamiento cerca. Estaré contigo en diez minutos, máximo. Ya pienso donde vamos ahora, no te preocupes. Me gusta tu voz, sabe a melocotón de terciopelo. Nos vemos, aguanta… —y cerró su comunicación dibujándome una sonrisa de regalo. Y eso que debería estar un poco mosqueado por el lugar de la cita, la hora, su imprevisión. Así era Saskia…

Nos encontramos por primera vez y nos dimos nuestro primer beso en las mejillas a las 11 de la noche de aquel primer domingo juntos, en Gran Vía esquina Víctor Hugo. Cualquiera que pasara por allí en ese momento podría confundirnos con dos miserables vestidos deportivamente haciendo la calle, o la esquina, sin saber muy bien quién era el cliente de quien. Lo que era evidente es que nos gustábamos, que queríamos explorarnos sin miedo ni cautelas de primeras, valientes; no sabíamos mentir con los ojos entonces. Y eso que apenas hacía un nanosegundo que nos habíamos medido por primera vez nuestras temperaturas con el tacto… Lo sorprendente era que teníamos la misma fiebre.


Esta mañana me he levantado temprano, a eso de las nueve. Tengo los ojos hinchados, enrojecidos, fotofobia. Forcé demasiado la vista al buscar y leer en la pantalla un montón de páginas de la correspondencia con Saskia. Afortunadamente guardé todo. Nos gustaba tanto escribir; poníamos alma y corazón, vísceras, en todas nuestras cartas y mensajes, así hasta el final. Espero que este material me sirva para descubrir alguna clave, alguna información, algo que se me escapó en el momento y puede ser útil ahora en mis investigaciones, para desenredar la madeja… El laptop es mi tesoro, mi memoria mineral como me gusta llamarle, mi Caja de Pandora, el guardián de los secretos y también el objeto de deseo de los que me persiguen. Menos mal que no lo encontraron los que saquearon mi casa. Suponían que los archivos estaban en el ordenador grande de mi despacho. No, todo está aquí. Essaouira, Dar Hadaya Ilahe, la habitación Paul Klee son ahora sus cajas fuerte, una dentro de la otra. Y Aicha y yo sus guardianes en primera línea… Qué bien que esta mañana haya hablado con Aicha para tranquilizarla; a lo peor me excedí ayer con las precauciones… No obstante le he dicho que esta tarde hablaremos más y le daré alguna información nueva, hasta donde pueda.

No he podido resistirme —al contrario, he tenido un cierto placer morboso— a pasar a papel mis primeras cartas con Saskia hasta que nos encontramos en Madrid. Creo que son muy importantes para entender nuestra historia, para construir la novela. Desde sus orígenes nuestro amor, nuestro proyecto vital estuvo impregnado de magia y un incontenible caudal de deseo y voluntad derrochados. Así fue hasta el final. Y cómo no lo iba hacer, si me lo debía… Ayer hablando con Ahmed el platero negué empecinadamente el poder de una mirada, las revelaciones que nos regalan las miradas si queremos ver y sabemos interpretarlas… Lo negué porque no quería que Ahmed conociera uno de mis secretos más íntimos, semejante a su poder de coleccionista de gemas, esa facultad de la que fui dotado de mirar lejos y profundo, como decía Saskia. De desear y al tiempo vislumbrar los deseos haciéndose realidad tarde o temprano —¿qué más da su tardanza si estás seguro que acontecerán? Así reconocí a Saskia, nada menos que en un programa de TV, mirándola a los ojos, interpretando su sonrisa, y unas semanas después iniciábamos un amor loco tan apasionado que… No sigo, por ahí… podría decirme o escribir cosas que me arrepentiré, seguro… Pues claro que creo absolutamente que la verdad aflora en los ojos, en una mirada. Esa verdad que nos hace libres, como no se cansaba en repetir Saskia, la gran mentirosa, la sacerdotisa del engaño y la impostura… Ah, y el poder de la palabra… Porque cuando no hay ojos todavía, ni tacto, ni olor… las palabras pueden suplir todas esas sensaciones, incluso amplificar sus poderes a través de la imaginación creativa… Tengo que escribir sobre eso en la novela, no todo tiene que ser diálogos y descripción de paisajes y ambientes, ¿no?

Voy a salir a la calle, es media mañana, pasaré a hablar con Hassan el yerbatero, a verificar si son ciertas las alarmas de Ahmed… Antes de abandonar la habitación compruebo si Lou ha enviado su correo con lo que me prometía ayer… Voy directo a su mensaje, dejando atrás el resto que ahora no me interesan. Hace menos de diez minutos que lo ha enviado… A ver…

Querido Pau
Noticias importantes esta mañana. Mis contactos en la policía de Palma me confirman que han podido identificar una huella de uno de los ladrones, o lo que fueran, entre las que encontraron en tu casa. No te asustes: pertenece a un tal Alexander Volokitin, ucraniano, residente en Ibiza desde hace tres años más o menos. El pájaro había volado cuando fueron a detenerle. Al parecer Volokitin forma parte de una organización húngara-ucraniana relacionada con el negocio de la pornografía y la prostitución de lujo en Ibiza. Ya sabes la cantidad de películas pornográficas que se ruedan allí clandestinamente y el trasiego de mujeres y hombres, “acompañantes”, que hay en la isla, sobre todo en verano… Alexander Volokitin había sido detenido hace poco más de un año por dar una paliza a un “cliente” que se resistió a pagar sus deudas después de una semana de desenfreno sexual. Tiene que estar todavía en Ibiza escondido, no es fácil salir inadvertido, y menos en estas fechas. Y otra noticia de Madrid que no te va a sorprender pero que es muy importante para la investigación de las conexiones de Don Pedro Emilio con empresas tapadera en el mundo del arte… La “sexy” Iris tenía una empresa a su nombre y el de Rodrigo, el marido de tu “ex”, en cuyo almacén han encontrado más de 2.000 grabados, litografías y serigrafías de un puñado bien selecto de artistas españoles e internacionales; de algunos hay series enteras de 25 o 50 estampas… Así que otra vez te digo que Saskia aparece directa o indirectamente hasta en la sopa. ¿O son sólo coincidencias, mi querido viudo Pau? Iris, Rodrigo, Don Pedro Emilio, Ibiza en donde murió Saskia y nadie sabe qué hacía allí… En fin, no sigo… saca tus conclusiones… Te llamaré esta noche si hay algo nuevo, si no mañana, Navidad. Me imagino que no cenarás pavo; te jodes… yo tampoco cenaré Pablo. Besos. Lou.

Y salgo a la calle maldiciendo en ucraniano, aun sin saber ni una palabra… Necesito hablar con Victoria Maria, pero es muy peligroso, debo contenerme. Frente al Hammam de Essaouira un grupo de turistas españoles miran embobados la placa en honor a Orson Welles. Estoy seguro que la mayoría no sabría decirme ni una sola película del maestro… —¡turistas!
Foto: Souk de Essaouira

59 comentarios:

m.eugènia creus-piqué dijo...

Buen y largo relato,buena cena y horrible el Sr. Sanchez Dragó.

rubén dijo...

Me he descolgado por unos días, ¡la paternidad! Prometo ponerme al día, mientras tanto dejo constancia.

Josie dijo...

Mi arcano de hoy me auguraba que una sorpresa... y me encuentro con esto!!!
Ufff!!! "Pau", viajes, "causalidades", destino, correos que van y vienen... no sé que decir, todo esto me ha hecho recordar muchas cosas...
En fin... "Liberto", le "robo" unas palabras a Pau para dedicártelas a ti... "tienes una gran habilidad para hacer visibles las escenas y los personajes, parecen videoclips; y sensibilidad para hacer aflorar sentimientos, emociones intensas, muy poéticas..."

Por cierto, yo nací el 18 de Julio de 1970 (18.07.70), y mi nombre empieza por "M"... debería preocuparme??? ;-)
Te sigo leyendo!!!
Hasta la próxima!!!

Martine dijo...

Pau!
Si supieras lo familiar que se me han hecho estos intercambios de mails, este progresivo acercamiento, esta creciente atracción, cada vez más apremiante... Me he submergido en ellos con delicia y nostalgia al mismo tiempo... Con que facilidad sabes ponerte en la piel de Saskia cuando escribe... o será que estos mails son reales... asi lo creo...
Este crescendo en los saludos, en los besos y en este deseo desbocado... Magnífico...
Quiero más y más de tus Entregas... Espero la próxima con ansias...

Un beso.

Anónimo dijo...

Sin duda tienes el don de la palabra.
Seguiré leyéndote.
Hasta la próxima.

A do outro lado da xanela dijo...

Me gusta esto de ir viendo paso a paso como se va gestando esto...

Beso!

Azul Purpura dijo...

Sigo enganchada desde este tercer capítulo. Me está gustando el misterio de este relato.
Cada vez que nombras el harira me pregundo qué es?

un saludo

cAlanís dijo...

Esta tercera entrega me ha gustado mucho! Qué maravilla. Un abraxo enorme!

Anónimo dijo...

Denso y sugerente,sigue reteniendo mi atención,gracias.
Merodeare de nuevo por aquí.

aus dijo...

me quedo minutos enteros mirando el monitor, tratando de encontrar las palabras para transimitr los saboresque me deja esta entrega en particular, sólo puedo hacer asociaciones que tal vez no te digan nada, pero aún en este momento retumban en mi cabeza, tratando de tomar forma:

"klee, dormido junto mí", tal como cleo (mi boxer blanca) y circe (mi bassethoud) acompañan mis lecturas a mis pies.

cartas, cartas, cartas, las palabras uniendo, construyendo, transformando, ¿hace falta algo más que las palabras para crear vínculos? no siempre, ¿no crees?

Juan Antonio dijo...

Me ha parecido interesante este capítulo.

Me encantan los viajes y cómo los relatas.

Quedamos en espera del próximo capítulo.


Un abrazo.

Juan Antonio

Silvia_D dijo...

Buenos días maestro :), veo que ya has publicado otro capítulo, bien!! en cuanto pueda me pongo a leerte con una cafetera recién hecha.

Besos de cerquita

Martikka dijo...

Me ha encantado; sigue así.
Espero el cuarto capítulo!

Gwynette dijo...

Si yo hubiese tenido que enamorarme de alguien que estaba sentado en una mesa con Sanchez Dragó, esa feliz coincidencia no se hubiese dado nunca: No Lo Soporrrto!!!

Me gustan los mails que se intercambian. Los de ella, son reservados y femeninos, son creíbles, yo me los creo.
Literariamente, lo encuentro "moderno" :-)

Saskia, me resulta familiar y me cae bien -de momento-. A Pau le va saliendo la vena impaciente, quizás es un tipo muy apasionado, o nervioso o un poco...exibicionista?.

Van a amarse mucho y bien.

La trama de las litografías -falsificadas?- que entra ahora, me interesa mucho..

Vinga, Pau, que tu pots!!!! ^_^

Aqui nos tienes, atrapaítos.

Petonets de día gris

koolauleproso dijo...

Maravilloso, Pau-Liberto: precisamente hoy he publicado en mi blog un cuentecillo insignificsnte en el que Estambul, la Estambul de mi sueños recurrentes, es protagonista.
Pero, ya te digo, nada que ver con esta maravilla.
Es que yo soy muy perezoso, y me canso hasta de escribir que, por otro lado, es lo que me mantiene con vida.

Un abrazo, amigo (y un beso para esa maravillosa Saskia, con remenbranzas de la modelo de Rembrandt -y de todas las mujeres dignas de ser imaginadas y recreadas-).

Ya estoy esperando con impaciencia el capítulo 4.

Ana dijo...

Me encanta, sigue escribiendo que yo también sigo aquí.
Un beso.

Blasfuemia dijo...

Hola Pau: Voy con retraso, porque venía a contestar en el "capítulo" anterior y me he encontrado con el nuevo. No importa, aquí estoy y te sigo leyendo. El problema es el tiempo o el "tempo", parece que voy con retraso, o más bien con "lentitud", pero es lo que ahora toca.

Te leo, y te digo: me gusta, a veces percibo que estás en la "cuerda floja" a punto de caer en algo que me haga decir (o pensar): "mmmmm... no... no...". Pero, hasta ahora al menos, siempre consigues reconducir el relato, el texto y volver a elevarte.

Besos. Lésbicos, claro.

CUCALELLA dijo...

Te sigo y persigo de nuevo en tu relato. Cuantos sueños viajeros que surgen en el tintero y desembocan en la realidad...Me encantó conocer un poco más a Pau Bondia junto a Saskia. Besos impacientes por saber más. :-)

María Jesús dijo...

Hola Liberto! Es curioso de cuantos colores se puede ver la vida cuando estamos enamorados, y como nos arrastra los sentimientos menos esperados...

¡¡Espero el siguiente capitulo!!

Un abrazo

elsa dijo...

preciosas cartas entre dos que se empiezan a conocer.
abrazos

.. Âtipik Fräulein.. dijo...

siempre me ha gustado el concepto de las cartas, esas frases que aveces quedan en el aire, cosa que aqui parece no pasar mucho, un seguimiento, en formas de cartas, me ha gustado!!

Anónimo dijo...

cada vez me gusta màs... no entiendo por qué no hay màs comentarios o palabras de saludo... No seguiràs publicando si no llegas en este capitulo a 52? Yo pondré varios si hacen falta... Besos y adelante

Unknown dijo...

Estoy con una amiga en Marrakech. Queremos ir a Essaouira, me has sugestionado con ese vije desde que leo tu novela. No creo que estés ahora en esa ciudad, pero si estuvieras seria increible encontrarte. Dime algo por email. Gracias por tu historia.

Anónimo dijo...

Me encanta !!! Sigue!!Y yo estoy pensando en serio sobre una escapada a Essaouira!!! (Japon Istambul...) un abrazou!!

Silvia_D dijo...

Por FIN!!

Si es que no doy más de si, niño ainsss!!

Tengo mucho frío y anginas auff!!

Espero con ganas los siguientes capítulos, corazón, cada vez está más interesante.

Besos de cerquita :)

Polvorilla dijo...

Hola Pau, te tenemos enamorado y desprendiendo olores a canela... Este capítulo me ha gustado mucho, no tanto por lo que se cuentan los personajes sino más bien por lo que se puede leer entre líneas de ellos, las afinidades, deseos, silencios, sutilezas que sólo ellos pueden sentir, pero también me ha dado la sensación de que ambos han atrapado una ilusión, una emoción que les ayuda a superar la soledad del alma.
Gracias por transportarnos a países tan bellos y llenos de cultura.

Un petò.

Purpurina dijo...

Hola Liberto:

Lindo, lindo, lindo capítulo.
Somos humanos, somos falibles.

Espero que cuelgues prontito el próximo y sin faltas de ortografía. jajaja Perdona por esta pequeña maldad, pero me ha sorprendido este pequeño desliz en alguién que escribe como tu. Y es que, como acabo de decir, somos falibles)

Beso de púpurina

Marian Raméntol dijo...

Aquí estamos y aquí seguimos, paso a paso, bajo el calor de tus páginas y la intriga que se mece en ellas.

Seguiremos...

Marian

tequila dijo...

Liberto-Pau... con usted estoy perdida: le leo, me ilusiono, rio, pienso, reivindico... se me pasa el tiempo volando (empecé a leer, tenía tiempo y curiosidad.Me llamaron, me estaban esperando, prometí salir para allá volando pero mentí. He seguido leyendo enganchada... Ya no voy... tendré morros durante unos días)

besos

ESTUDIOS PURPURA dijo...

Otro capítulo pasado a la impresora, para poder leerlo con tranquilidad y más cómodo.
Cuando lo acabe te escribiré mis, supongo, alabanzas.

Anónimo dijo...

sigue andando. besos

Anónimo dijo...

Hola Liberto,
La novela es enganchante y el hecho de que sea por entregas nos convierte en pequeños adictos a las espera de la siguiente dósis, en mi caso para imprimirla y llevármela a casa y yuhú¡¡¡ ese día lecturita antes de dormir, como fumar un canuto, vaya. Interesante y preciosa.
Animo y gracias

Silvia_D dijo...

Besos, niño :)) pasa buen fin de semana, corazón.

Marina Culubret Alsina dijo...

El poder de la palabra, sí, es increíble... y adictivo, claro.
A veces es como el aroma de un incienso que sin darte cuenta va calando hondo,
y otras es como un relámpago del pasado, lleno de sensaciones, como me ha ocurrido al leer " Om Kalsoum" (no te imaginas el salto que he dado, un día te lo cuento)

Un bes,

Liberto Brau dijo...

Desde hace dos semanas estoy en Essaouira y creo que permaneceré todavia un par de semanas màs... Mi conexion a internet en casa es muy lenta, asi que no puedo pasar a leeros como quisiera... disculpdme. Ya tengo preparado el siguiente capitulo de AMANECE PURPURA;, solo falta llegar a las 52 entradas pactadas... Por ahora, entre los comentarios en el blog {34]y en mi email, hay 39... faltan solo 13 mas::: Ojala pudierais leerlo este fin de semana largo...
Perdonadme la falta de acentos y errores de letrs, el teclado es marroqui; arabe, y me vuelve loco... Besos y abrazos. Liberto=Pau

Martine dijo...

Con este mío sólo te faltará 12.... Y decirte que eres un "Suertudo", Pau ... Quien pudiera estar allí ..

Un abrazo.

Azul Purpura dijo...

jo 52 es un numero muy feo.. anda rebájalo a 40 que es mas bonito,si?
Además asi no pierdo el hilo...!
Este puente no tendré pc, asi que a la vuelta espero leer mas y mas.

Con este mensaje y el tuyo, ya quedan solo 4 para el siguiente capitulo.....total si ya lo tines aviado...escribelo aqui porfa ! a ver si se animan tus lectores!

un saludo y feliz puente!

Anónimo dijo...

voto voto!

Blasfuemia dijo...

Hay que paladearte, y eso requiere tiempo..

Besos lésbicos

Maribella dijo...

Disculpa el retraso de La Mirada, ha sido una semana fatigante. Ha merecido la pena esperar para leerte con calma y saborear esta intensa y apasionante entrega. Un amor que entra por televisión y se desarrolla via internet !!!!interesante. Espero que falte poco para llegar al tope estipulado.
UN BESO DE LAS MARIPOSAS.

tequila dijo...

buenas:
termina este puente y no lo publicó... cuentan si comentamos varias veces los mismos???

Anónimo dijo...

Y si creo otro Nick o comento como anónimo????
jejjeje andale Pau

No soy T

Anónimo dijo...

aaa
asociación de anotadores (de puntos) anónimos (TR)

Liberto Brau dijo...

Faltan cinco comentarios o saludos, nada más... Casi es media noche en Essaouira... Me levantaré cuando el muhecín llame a la oración. A las siete de la manyana he quedado para seguir todo el proceso de la Fiesta del Sacrificio, pobres corderos... he estado a punto de comprar uno esta tarde para salvarle... Pero qué hago yo con un cordero en la casa?? Y qué puede hacer un sólo cordero místico salvado in extremis por el resto de los corderos del mundo?? En unas horas se hará el silencio de los corderos... Los lectores que vengan a mi casa en Essaouira los próximos días serán obsequiados con una parrillada de costillas de cordero al romero y la menta... Traígan vino, por favor, aquí estarán cerradas las tiendas dos días... Saludos púrpuras. Besos desde Mogador

Anónimo dijo...

Hola,
Aquí mando mi voto para el sacrificio del 5º capítulo. Seguro que en tres dias no queda ni una letra por degustar.
Espero con impaciencia ese ratito en la cama, de intriga y de disfrute.
Un saludo y ánimo.

Liberto Brau dijo...

Con el anterior comentario anónimo y otro que ha dejado Mariana Alvez Guerra en el primer capítulo ya sólo faltan tres... Primer día de fiesta de cordero bien, aceptable... He compartido los primeros bocados, deliciosos, con la familia bereber de Raja...A las siete de la manyana ya estaba en la gran plaza de Bab Marrakech para recibir el sol... Hace bien recibir el sol y despedirle cada día... Así uno tiene mejores ideas y suenyos por la noche... Espero impaciente regalaros el próximo capítulo. Besos, abrazos...

Josie dijo...

Liberto no nos hagas esperar tanto!!!

Anónimo dijo...

... qué bien!!!... yo también he buscado fotos en internet a partir de nombres entrelazados, y de señales vagas... alguna vez encontré una imagen semejante a la que describes: un hombre de perfil mirando al mar, esa imagen me dijo más que su currículum (que estaba junto, por cierto)... y a la vez creó misterios que no he terminado de desvelar...

besos azules casi celestes

Liberto Brau dijo...

Son casi las 10,30 de la noche en Essaouira. Seguimos con la Fiesta del Cordero. Hoy he probado tres diferentes guisos en tres casas distintas. Una delicia, para qué decir más...

Con el comentario anónimo que se despedía azul-celeste y uno en mi correo personal de Aurora Carmona Gallego, de Sevilla, ya sólo falta uno para los famosos 52... Es un número especial para mí, un número que podéis entender bajo la numerología maya... Si seguís la novela en el futuro, si hay futuro para esta novela, habrá muchos acontecimientos que sucederán con ese número, seguro...

Un abrazo desde Mogador... A ver quién tiene piedad... Gracias, 52, seas quien seas... El viernes habrá luna llena, no os la perdáis, por favor.

Liberto Brau dijo...

Ah, se me olvidaba... Inch'Allah...

Martine dijo...

luna llena????

lapaupachica dijo...

deben haber varios haciendo de 52 ahora, acá voy... besos

Martine dijo...

BIENNNNNNN! 52 o 53

Shukran jazilan!

Azul Purpura dijo...

Menuda comilona Liberto! seguro que riquisimo todo!

Habrá que esperar a comprender ese número 52...! pues claro que habrá futuro en esta novela y espero que duradero.

un abrazo ya via libre para que sigas escribiendo el 4º capítulo!
Inch`allah !

Liberto Brau dijo...

Tengo problemas, chéries, en bajar el capítulo y la fotografía con mi conexión de m... Lo intentaré de nuevo esta noche, o si no manyana, desde el Cyber cerca de casa... Qué pena, os lo quería entregar hace días... Espero que no os defraude, es uno de los capítulos-nudo de la novela... Besos... bijoux... Hoy comí "farci" de verduras y vegetales... Esta noche toca cabeza de cordero y así se termina la fiesta... por la cabeza.

ev dijo...

Hola Liberto

No he podido seguirte a tu ritmo pero veré como ponerme al día. Te he enviado invitación a mis blogs a tus correos, porque los he puesto cerrados por un problema con un visitante, pero ya sabes que me encantaría que me visites como siempre.

Un beso grande
Ev

Gatadeangora dijo...

¡¡Perdón por llegar tarde!!
Te sigo hasta el final.
Besos

turio dijo...

salú Liberto, todo este tiempo no produje nada, un poco por vergüenza y otro poco por vagancia. Estuve de vacaciones y no tube tiempo de leer nada, pero en breve te daré mis impresiones sobre tu tabajo.
Escribir, a veces me resulta tan doloroso, por que siento que no tengo ni la formación ( en la secundaria nunca fui afecto al esfuerzo) ni la capacidad de convertir mis ideas en palabras. Tal vez por eso es que pastoy... esté tan descuidada... Ahora trataré de hacerme un tiempito para pulir mi escritura, para aprender a escribir y para leer, tambien.
Nos estamos leyendo, si dios quiere.

Anónimo dijo...

Buenas noches

It is my first time here. I just wanted to say hi!