sábado, 22 de noviembre de 2008

2º Capítulo/ Un pozo sin agua (segunda parte)

Un the a la menthe, sans sucre… s’il vous plait. —Y el camarero me mira primero extrañado, como si no hubiera oído bien mi petición —¿sin azucar? ¿un té marroquí sin azúcar? (me pregunta sin palabras)—, para luego sonreír por mi extravagancia. Un té marroquí sin una roca de azúcar diluyéndose dentro de la tetera es como un humano sin alma, estará pensando. ¿Y cómo le explico a este joven que esa subespecie parahumana de desalmados no sólo existe sino que abunda, se confunden y mimetizan entre los demás seres humanos animados aprovechando la supuesta invisibilidad del alma, hacen estragos desembarazados de su impedimenta? Razonar no es lo mismo que sentir, por supuesto; ni argumentar sobre la ontología del alma humana o representarla literaria y artísticamente son garantías suficientes de que realmente exista o la posean sus defensores e ilustradores. Tampoco creo que el alma tenga por domicilio fijo la hipófisis de cualquiera, o el cerebro de Eduardo Punset, por ejemplo, ni la punta de la polla de un pintor macho, desde luego; vamos, eso creo yo por ahora… —Oui, sans sucre… Je suis diabéthique…
Pardon, excusez-moi, je suis desolé… —y el joven camarero sale pitando a por mi té amargo sin rechistar…

Estoy sentado en la terraza del Café de France, en el ensanche que conduce a la Place Moulay Hassan. A esta hora el sol comienza a despedirse con cierta prisa y apenas un escaso haz de rayos logra hacer diana en las mesas y sillas en primera fila al aire libre. Casi son las cuatro. Estoy cansado de caminar y caminar a buen ritmo por la ciudad y a la orilla del mar desde que salí de casa, de entrar y salir del puerto puntual cada media hora, de ir y volver obstinado por el Boulevard Mohamed V sin alejarme mucho ni detenerme siquiera un rato a admirar el espectáculo de las tatuadoras de henna en la playa, decorando pies y manos a todas esas extranjeras aspirantes a odaliscas esta noche. Estoy cansado pero contento. Son los paradójicos efectos de caminar tanto tiempo. Desde que detectaron mi diabetes hace tres años no he dejado de practicar este eficaz método de generar insulina naturalmente; lo que me basta para no ir a peor. Dos pastillas al día —una de Dianben y otra de Amaryl 2mg—, una dieta equilibrada (aunque liberal) con escasa ingestión de grasas e hidratos de carbono y dos horas por lo menos de caminata al día han estabilizado milagrosamente mi diabetes. Además, caminar libera un montón de endorfinas, esa endógena “droga de la felicidad” de la que me declaro absolutamente dependiente física y psicológicamente. Creo que anoche y esta mañana me encontraba deprimido, angustiado, por no contar con la dosis suficiente de endorfinas a causa de mi viaje, tantas horas prisionero. Caminar, reír, el sexo orgasmático, recordar tiempos y situaciones felices, por ejemplo… esa es una receta básica para el bienestar del cuerpo y no sé qué más del alma.

¿Y el amor? Bueno, esa es otra droga sentimental de la que también me declaro adicto pero no quiero referirme por el momento; que no viene a cuento escribir sobre mis últimas miserias sentado tan ricamente en el Café de France contemplando al micromundo de Essaouira desfilando festivo ante mis ojos (sin reparar en mí ni falta que les hago). Mis endorfinas no me perdonarían nunca que me pusiera ahora a reflexionar acerca del Amor y los desamores, sus tiros a quemarropa, sus caricias —que de todo hay a su servicio—, ni mucho menos que las malgastara en aliviar este insoportable síndrome de abstinencia y delirium tremens en el que ni me reconozco de un tiempo a esta parte… —menos mal que en este justo instante de náusea existencial el camarero trae mi té a la menta y me salva por los pelos aun sin querer…

Esta mañana nada más salir de Dar Hadaya Ilahe me he encaminado directamente a ver mis amigos; echaba en falta sus sonrisas, que me contagien… A esa hora los zocos, las calles principales de la ciudad, rebosaban de gente bien vestida —a su manera, con lo que tienen y se gustan—, todos más que limpios, incluso embellecidos por su misma devoción tras rezar la oración principal del viernes al mediodía. Es día de fiesta religiosa (como lo eran nuestros domingos infantiles); pero también tiempo libre para hacer las últimas compras y demorarse sin prisa, detenerse a charlar con familiares y conocidos, recorrer de norte a sur el gran eje central de la ciudad histórica que la atraviesa —las avenidas Mohammed Zerktouni y L’istiqlal, desde Bab Doukala hasta Bab Moulay Youssef, y viceversa. También me crucé con muchos extranjeros, demasiados —y eso que son la primera oleada de turistas navideños. Los turistas hacen aquí lo que hacen todos los turistas en cualquier parte del mundo: unos curiosean con los ojos tras sus gafas oscuras, otros disparan intermitentes ráfagas con sus máquinas digitales, exageran sonrisas posando para su álbum de recuerdos, otean mercancías, acarrean sus compras…

Encontré a Ahmed el platero todavía en su tienda —“Bijouterie Ethnique. Antiquités Berbères”— en el zoco de los plateros y orfebres. Besos en las mejillas, abrazos, sonrisas, preguntas comunes, otras más personales… Recuerdo vivamente, casi literalmente, la conversación que hemos mantenido hace poco más de dos horas; cómo olvidarla… Cada frase es como un sorbo de té a la menta amargo:

—Aicha nos informó de la muerte de tu mujer, Saskia…—y Ahmed lleva su mano diestra al corazón golpeándose cinco veces con contenido sentimiento.
—Sí, tuve que marcharme urgentemente en pleno Festival; murió en un accidente de coche, no llegué a verla viva —ni muerta, debería añadir; pero no se lo digo, ¿para qué?, he de mantener la ficción, ¿no?
—¿Te has vuelto a casar? ¿Tienes mujer? —Ahmed me pregunta con naturalidad lo que considera normal en todo hombre de nuestra edad. Y es que Ahmed y yo tenemos los mismos años; más aún: nacimos exactamente el mismo día —un catorce de mayo. No hace tanto que lo descubrimos entre los restos de un antiguo Registro Civil francés en Casablanca. Cuando nació Ahmed Marruecos estaba todavía bajo el Protectorado de Francia y por lo tanto con su administración. Pero pocos meses después llegó la Independencia y muchos archivos se extraviaron o perdieron su utilidad. Ahmed, como la mayoría de los marroquíes hasta muy recientemente, se han regido socialmente con disposiciones islámicas bajo la autoridad religiosa, siguiendo la tradición y la costumbre, registrados sus actos por adules (notarios tradicionales), etc. En tal situación el calendario “oficioso” más común coincidía en la práctica con el religioso, sobre todo en las provincias más distantes a las capitales occidentalizadas, y los años de referencia eran —son todavía para muchos asuntos— los años lunares de la tradición islámica; así como su Historia comienza el año 622 de nuestra era cristiana, fecha de la Hégira, cuando Mahoma y sus primeros seguidores se traladaron de La Meca a Medina. Es prácticamente imposible establecer una exacta correspondencia entre el Calendario Gregoriano y los años musulmanes —por la diferencia de días entre los meses solares y los lunares (de 354 días) y los ajustes discrecionales que suelen hacerse para validar el inicio de un mes, un año, el inicio del Ramadán, por ejemplo—, por eso el hallazgo de la fecha "cristiana" del nacimiento de Ahmed nos deparó la feliz coincidencia de haber nacido el mismo día, quién sabe si a la misma hora —qué bromas tiene el Destino. Así que Ahmed es como mi hermano mellizo; así nos tratamos, con cariño fraternal multiplicado por dos.
—No, Ahmed, no me he casado ni tengo “una” mujer —remarco intencionadamente el adjetivo numeral—… Quiero decir que por ahora no tengo una compañera en mi vida ni tampoco nadie de quien esté enamorado y pueda considerar como posible esposa o compañera sentimental en un futuro próximo. Intento utilizar las palabras más precisas, pronunciadas lentamente y con claridad, para que Ahmed entienda perfectamente mi situación… —es que es un pillo este “hermano putativo”, y siempre hay que precisar con él todas las palabras en cuestión de mujeres…
—Lo que tienes que hacer, mon ami, es acompañarme unos días a las montañas después de la Fiesta del Sacrificio. Tengo que viajar a la provincia de Al Hazouz en el Alto Atlas Occidental, desde Taroudant hasta Imlil, pasando por Aremd… Estoy seguro que esta ruta te encantará, tiene paisajes espectaculares, valles profundos y las más altas montañas de Marruecos. Quiero que conozcas a los bereberes de la tribu Aït Mizane; voy a comprarles joyas antiguas y también piezas de plata modernas que siguen fabricando con técnicas tradicionales. Las mujeres de esta tribu son de una gran belleza, sobre todo las jovencitas, enamoran sólo con mirarles a los ojos… Pablo, tienes que encontrar una mujer marroquí que te cuide a ti y a tu casa. Y las mejores son las mujeres bereberes de montaña, sin duda
—¿Pero qué dices, Ahmed? ¿Tú crees que necesito una mujer bereber? —le replico, sonriendo, como si le siguiera la corriente y me halagara su propuesta. —Así que me propones que vaya de excursión contigo a la búsqueda de una jovencita bereber que de seguro encontraremos en las tierras de los Aït Mizane o de camino; la miro, me mira, me sonríe, la tomo de la mano, me lleva ante su padre y toda la familia, negociamos la dote, me la presta su padre por una temporada a ver si congeniamos antes de casarnos, la envuelven con sus mejores vestidos y “anudan” con sus más ricas joyas, la traigo a Essaouira, cruzo con ella en brazos el umbral de Dar Hadaya Ilahe… y ya está… la mujer que necesitaba para toda mi vida; un regalo de Dios por mediación de mi hermano gemelo Ahmed… ¿Acaso piensas que una mujer es una de esas piezas de plata antigua que compras por ahí, un broche de piedras preciosas?...
—Así es… Una mujer es una joya, tú lo has dicho… Y cuando encuentras la joya más hermosa quieres poseerla, llevarla contigo el resto de tu vida, guardarla para que no te la roben; la muestras tal como es sólo a tus amigos, tu familia, la gente de tu confianza… Para obtenerla negocias con quienes la heredaron o fueron sus artífices dispuesto a dar lo máximo; su valor no tiene precio, es incalculable; ante una joya así no vale regatear ni ser mezquino… Dime, ¿por qué crees que no vas a encontrar así la mujer de tu vida? ¿No pagarías una dote por ella a su padre aunque pienses que no se debe pagar por una mujer en tu mundo? ¿No pagan los hombres por unos minutos de placer, por qué no van a hacerlo por el amor de su vida? —Ahmed quiere que entre en su juego, en su propuesta, y no repara en utilizar sus artimañas de comerciante de objetos valiosos y hermosos. No debo contestar ni proseguir sus argumentos. Tengo que finalizar esta conversación sin molestarle, pero firmemente… Me incomoda…
—Ahmed, una mujer no es un objeto precioso; quiero decir que no es un objeto. Punto… Es posible que te acompañe en el viaje; hace tiempo que quiero conocer esa región desde Essaouira-Taroudant, no por Marrakech… Pero quítate esa idea de buscarme una mujer bereber como si se tratara de una joya antigua… Yo no busco una mujer ahora… ni tampoco la buscaría de este modo en otro momento… Ahmed, el amor es algo más que unos ojos bonitos o un intercambio de miradas con curiosidad. Un hombre y una mujer han de conocerse, compartir muchas cosas y sentirse a gusto antes de decidirse a compartir todo, ellos mismos, el resto de sus vidas o hasta cuando dios quiera… No necesito una mujer sólo para que cuide de mí y la casa… Para lo segundo ya está Aicha. —le digo serio, sereno, confiando que se dé cuenta que la conversación me incomoda y que por ahí no vamos a ninguna parte.
Oui, mon ami… Entiendo qué me quieres decir… Una mujer no es un objeto, por supuesto… Pero la relación que solemos mantener entre nosotros, hombres y mujeres, es parecida a la que tenemos con los objetos… Hay objetos que son, o nos parecen, extremadamente bellos, muy valiosos, al tiempo que placenteros, incluso útiles, con un enorme valor de cambio o prestigio para quien los posee… Otros solamente los consideramos bonitos, agradables a la vista o al tacto, funcionales para algunas tareas, soportables mientras sirvan y no encontremos algo mejor… Y también hay objetos feos, desagradables, inútiles, insignificantes, que esperamos extraviar por el camino sin pena o sabemos que se deteriorarán más pronto que tarde sin importarnos… Por lo general los objetos que poseemos, que nos acompañan y sirven en la vida, tienen estas virtudes y defectos combinados. Nos sirven para algo y no para otra cosa… Por eso cuando encontramos ese objeto precioso que representa nuestros ideales, las virtudes que queremos disfrutar al máximo, sentimos la absoluta necesidad de poseerlo; más aún: “debemos” conseguirlo cueste lo que cueste —porque ya nos pertenecía y le pertenecíamos aun antes de “habernos” encontrado, reconocido por primera vez… Entonces, mon ami, no nos queda otra opción que luchar por esta joya, ofrecer cuanto podamos a su tenedor, obtener su posesión… —Ahmed me mira fijamente mientras construye sus originales argumentos y los traduce en palabras extranjeras, todo en uno, con cierta vehemencia… —Si no lo hacemos así, nos arrepentiremos toda la vida; y eso es mucho tiempo de penitencia para un hombre, Pablo… —concluye sentencioso…
—Sí, pero… —no acierto a contestarle, desconcertado. Ahmed me interrumpe, quiere rematar sus palabras con una de esas elocuentes frases que acostumbra a improvisar, que no admiten réplica, y me regala siempre que conversamos, sea el tema que sea, hasta del clima…
—Por supuesto el único propietario de una mujer es ella misma. Sus padres son sus creadores, pero eso no basta para asegurar su propiedad; son sólo meros custodios mientras ella lo permite y no encuentra alguien mejor que la proteja y cuide; o se guarda para sí misma si así lo decide y tiene poder para hacerlo… Nosotros los hombres no somos tan independientes, libres, dueños de nosotros mismos, como las mujeres… Somos… ¿cómo se dice?... Ah, sí: un apartamento de vacaciones en multipropiedad… —y ríe y me hace reír por la ocurrencia aunque no esté de acuerdo con él—… Ahmed prosigue, ahora más misterioso y solemne: —Cuando encuentras esa mujer — por favor, imagínala como un objeto precioso— sientes de inmediato (y no sólo lo supones o intuyes) que es la joya que habías soñado, que contiene realmente todas las gracias que tú imaginabas hasta entonces ideales… y ya sabes qué tienes que hacer, mon frère, no hace falta pensar mucho… Como buscador y coleccionista de gemas y cristales preciosos te aconsejo que mires a los ojos, que te fíes de las miradas, para reconocer si una mujer es o no el “regalo de Dios” que prenderás a tu alma y tu cuerpo el resto de tus días. Fíjate bien, en una sola mirada se puede descubrir el brillo deslumbrante del amor y todas sus promesas… Busca primero miradas y déjate encontrar por ellas. No las rehúyas ni las niegues nunca, mon ami… Todo lo demás a su alrededor es sólo un estuche para llamar la atención o confundir intencionadamente. No es en el resto del cuerpo o en la inteligencia en donde encontrarás esta revelación, ni tampoco te dejes llevar de primeras por los dulces halagos o por esas posturas elegantes que denotan sensibilidad y educación; se pueden falsificar, suelen provocar falsas impresiones… El amor, como la verdad, destella en los ojos…
—Sí, Ahmed, entiendo qué quieres decirme… ¿Pero por qué nada más encontrarnos? ¿Por qué has comenzado este, digamos, consejo sentimental con una invitación a buscar juntos una joven bereber en las montañas y poco menos que comprarla a sus padres si sus ojos me enamoran? Te conozco, Ahmed, tus palabras siempre quieren decir mucho más que sus evidentes significados…
—Claro… me conoces y yo te conozco, ¿no dices que somos hermanos mellizos de vientres distintos pero unidos a la misma placenta? Toda mi vida la he dedicado a aprender y saber reconocer el valor de las gemas y los cristales sólo por su brillo, por la trasparencia u opacidad de sus colores. Pero no sabes —y esto es una confesión íntima— que también me he ocupado en aprender el lenguaje de las miradas, interpretar los ojos como joyas parlantes, reconocer las virtudes y los defectos de las personas, sus sentimientos, sus valores y cobardías, en sus miradas y según el brillo de sus ojos… Nada más llegar y besarnos como hermanos he reconocido en tus ojos miedo y soledad, tristeza, sentimientos que desconocía en ti, siempre tan seguro y valiente, mirando lejos y hondo desde que te conozco… Ignoro las causas de tu mirada turbia. Pero estoy seguro que si hubiera una mujer junto a ti, si estuvieras enamorado, Pablo, no habría dificultades ni peligros que pudieran derrotarte ni sumir en tal desesperanza como interpreto en tus ojos. Si no puedes defenderte solo busca alguien que comparta tu lucha. A lo peor estás confundido y no te das cuenta que tu principal debilidad es que estás solo, te sientes solo, te niegas al amor y renuncias deliberadamente a encontrar esa mujer que necesitas prender a tu alma… Qué solo estás en Dar Hadaya Ilahe, Pablo. Una casa como la tuya sin una mujer es como un pozo sin agua. Y un pozo tan profundo seco es un gran peligro para el alma: puedes caer involuntariamente a su fondo, arrojarte desesperado… Esa no es la solución.

Me estremecen sus últimas palabras; me conmueven sus revelaciones… ¿Y si tuviera razón, Ahmed? ¿Y si lo que realmente necesito es alguien que me ayude a resolver esta historia que me angustia, me proteja mientras tanto, me haga recuperar el brillo valiente de mis ojos? —Entonces, Ahmed, ¿qué tiene que ver todo eso de las mujeres bereberes con tus consejos? —le digo por decir algo y no desfallecer en el silencio…
—Ah, son trucos de comerciante, mon ami… debía provocarte para que salieras de tu ensimismamiento e ideas fijas antes de venir aquí; tenía que cambiar tu punto de vista. También quería recordarte que el Amor siempre llega inesperado, a su tiempo, en el lugar acordado por el Destino, es decir Dios, Inch’Allah… ¿Por qué no reconocerlo en los ojos de una mujer de los Aït Mizane, encontrarlo bajo las montañas del Atlas? Hay que estar atento, ciertas maravillas sólo suceden una o dos, o tal vez tres, ocasiones en la vida, no muchas…
—De acuerdo, Ahmed, pensaré en tus palabras. Intentaré cambiar mi punto de vista. Te prometo que haré todo lo posible por recuperar el brillo de mis ojos…
Inch’Allah, mon frère… —y celebramos mi promesa con tres besos en las mejillas y un dúo de palmas en el corazón…
—Gracias, gracias, gracias, Ahmed… Voy a seguir mi paseo, necesito generar energía suficiente para esa alquimia… Ahora voy a saludar a Hassan el yerbatero, ¿está en Essaouira?
—Si, está en la ciudad, pero no creo que le encuentres en su negocio. Hoy es viernes y es posible que todavía esté en la mezquita. Ya sabes cómo es… —Cómo no saberlo, Ahmed, pienso para mis adentros. Hassan es un hombre religioso, más que eso. Muchos le consideran un fanático tradicionalista y quién sabe si peligroso. Es el líder de un grupo muy numeroso de jóvenes religiosos barbados y mujeres que ocultan totalmente su cuerpo y su rostro, lo que no es común ni en Marruecos ni Essaouira. A todos les extraña nuestra amistad. Si supieran…
—Es cierto, no había caído… Bueno, pasaré mañana por su botica.
—Te cuidado con Hassan, Pablo; en los últimos meses ha extremado sus posiciones. Lo que está sucediendo en Irak y Palestina le ha dado argumentos muy radicales y su gente empieza a actuar con cierta violencia sin ocultarse. Tú sabes que aborrecen todo lo occidental. Si no fuera porque la tienda de productos naturales y medicinales de Hassan les da buenos ingresos y permite financiar sus actividades estoy seguro que habrían asustado a los turistas y prohibido que transitaran por su barrio. Intenta no discutir con él… Además dicen que está preparando algo muy fuerte para las próximas semanas. Hassan y Aziz van a perjudicar a esta ciudad, ya verás.
—Te agradezco la advertencia, Ahmed. Desde luego lo que menos deseo ahora es abrir otro frente conflictivo en mi vida, y menos en Essaouira. No obstante pasaré mañana a saludarle y conocer de sus labios qué piensa… —estas últimas palabras las pronuncio alejándome de Ahmed, seguramente no las escuchó; mis palabras y mis silencios necesitan tanta insulina como yo, vamos de paseo…


Es tarde-tarde… hora de volver a casa. Tengo hambre. He de escribir y pasar mis notas de la Moleskine al laptop. Además consumí toda la tetera, toda su amargura, y el sol comienza a sentirse derrotado un día más, no quiero que me contagie… He descansado suficiente; recordado y trascrito lo importante, la conversación con Ahmed. Para qué más tiempo en el Café de France… El resto de este día y toda la noche hasta el sueño pertenecen a Dar Hadaya Ilahe. Vuelvo contando turistas como borregos…

Nada más entrar en el Dar reconozco la voz de Souad Massi dándome la bienvenida con su nostálgica voz. Aicha ha puesto Raoui… Ahora mismo Souad canta J’ai Pas de Temps, una agridulce balada melancólica… On m'avais dit que la vie est belle / Mais moi je la trouve des fois cruelle / La fumé noir a pris la place du ciel / Les grandes tours ont caché les étoiles… —no podría ser más oportuna esta canción para expresar mis reclamos. Cuántas veces una canción escuchada al azar responde por nosotros o nos pregunta impertinente… ¿sólo coincidencias?— Entro en la cocina y comienzo a preparar mi no sé cómo llamarlo… Debo poner orden primero en mis comidas, en mis horarios, o la diabetes me va a dar un susto que no me puedo permitir… El tajin de pollo con limones confitados todavía está caliente pero necesita un último golpe de fuego; recalentaré también la harira… Qué delicias me prepara Aicha… Qué extraña relación la nuestra… Ojalá no le haya abrumado demasiado esta mañana con mis confidencias y acaso excesivas precauciones… necesito tanto de su serenidad y fortaleza… —salgo y entro de la cocina al claustro trasegando pensamientos y platos por igual… Me detengo para escuchar las últimas estrofas de la canción: Seule dans la rue déserte / Seule traversant l'hiver / Je marche sans tourner le tete / Je suis mon chemin de solitaire… Solo, eso es. Solo más que solitario… qué razón tiene Ahmed… Dar Hadaya Ilahe necesita humedad, que la hidrate y no con recuerdos tristes precisamente… Necesito llevarme ojos ajenos a la cara, atreverme… ¿Pero aquí en Essaouira? Si he venido para estar invisible… Ciego e invisible, qué ruina de hombre…

¡Por fin en “Paul Klee”! La habitación está confortable, con la temperatura que me gusta, templada… Toda ella está en perfecto orden. No tengo más que conectar el laptop y empezar a trascribir mis notas, los párrafos que empecé a redactar más o menos definitivos ayer en el viaje, los subrayados en El vendedor de cuentos… Antes de comenzar a escribir conecto el equipo de música… Pienso… ¿qué música?... De la primera pila de Cd’s tomo unos cuantos confiado en encontrar pronto lo que necesito… Miss Kittin —no, ahora no—, Red Snaper, Thievery Corporation… Kitaro, Sonatas de Mozart, Schubert… más Souad Massi —no; necesito una voz de hombre—… ¡Leonard Cohen!… —sí, esa es mi voz… voz de durazno, dicen—… The Essential de Leonard Cohen. ¡Perfecto!… En unos segundos Leonard y yo cantamos a dúo I'm Your ManSi tú quieres un amante / haré cualquier cosa que me pidas / Y si quieres otro tipo de amor / me pondré una máscara por ti / Si tú quieres un compañero, coge mi mano / O si lo que deseas es golpearme con rabia, / aquí estoy / Soy tu hombre

Petter el Araña confiesa que ha inventado historias desde su infancia. Siempre ha estado inspirado para imaginar ficciones y relatos, bien a modo de novelas o cuentos, obras de teatro o guiones cinematográficos, pero nunca ha llevado a cabo sus proyectos, ni siquiera lo ha intentado. El único desarrollo de sus ideas que se ha permitido escribir son sus famosas sinopsis, es decir un resumen de las ideas fundamentales de la historia imaginada, de los aspectos originales que la significan, algunos detalles de la trama o sus circunstancias si vienen a cuento, y poco más; algo así como el trailer de una película. Al principio esas sinopsis fueron meros bocetos, luego constituyeron una especie de género propio, para terminar siendo un negocio redondo de venta de ideas al por mayor, base de su fortuna e influencia literaria… En realidad su problema es que tiene “demasiada inspiración” e imaginación. Tal es así que no ha tenido más remedio que generar ideas sugerentes toda la vida, muchas de ellas geniales por su excepcionalidad o complejidad, y darles forma inventando tramas y misterios tan buenos por no decir excelentes. “Con tantísimas tramas para elegir —dice el Araña—, ¿cómo saber cuál escoger para una novela?” Además el protagonista de El vendedor de cuentos piensa que “los novelistas tienden a concentrarse en una misma idea durante mucho tiempo, a veces varios años”, lo que le parece “una falta de energía, de lucidez mental”… Su temperamento le ha llevado a otras empresas literarias: “Aunque hubiese sido capaz de concentrarme para escribir una novela, no me habría dado la gana hacerlo. No habría tenido motivación suficiente para escribir una novela, una vez que la idea había sido concebida y se encontraba a salvo en una libreta o carpeta”…

Entiendo muy bien a Petter el Araña porque desde que tengo “uso de razón literaria” no he parado de inventar historias y plantearme todo tipo de proyectos literarios pero he sido incapaz de concentrarme suficiente para terminar por completo una obra de “largo recorrido”, por ejemplo una novela. Yo si lo he intentado, no como el Araña, pero fueron empresas fallidas; y mira que puse voluntad —a lo peor me faltó convicción. Durante años pensé que era vago o inconstante o un diletante, o de todo un poco o mucho, pues en las cinco novelas y casi una veintena de relatos largos que comencé no pude pasar siquiera del tercer capítulo en ninguno de ellos. Sin embargo he escrito mucho, muchísimo, y he publicado un centenar de textos más bien largos —densos, con sustancia— del tipo de literatura que suele calificarse como “ensayos” y en inglés “papers” y “research papers”. Escribo y he escrito preferentemente acerca del Arte y los artistas visuales, de estética y otras temas concurrentes, en general sobre los procesos de creación y representación artísticos, pero siempre desde una perspectiva más vital y experimental que teórica, es decir del arte y la vida como sinónimos, como experiencias coincidentes, incluso intercambiables. Dicen que mis ensayos son “diferentes”, y yo también lo creo. Aunque el principal objetivo de estos ensayos sea argumentar hipótesis críticas, analizar y exponer los asuntos que me interesan, por los que tengo curiosidad intelectual, formalmente son textos escasamente académicos. Siempre he cuidado la forma y el ritmo más de lo habitual en estos casos; digamos que literariamente, incluso poéticamente, para que sean deliciosos de leer, exquisitos además de inspirados… No soy pues un vago ni un inconstante ni un diletante escritor… salvo en lo que atañe a escribir narraciones y contar largas historias; y es que a lo peor intentaba escribir una novela sin pies ni cabeza… y eso es una monstruosidad.

Es un error postmoderno pensar que se puede escribir primero y vivir después” —afirma categóricamente Jostein Gaarder-Petter el Araña… “Primero se vive, y luego, si uno quiere, podrá evaluar si tiene algo que contar, y eso lo dice la vida misma. La escritura es fruto de la vida, y no la vida fruto de la escritura”… Concuerdo absolutamente con el “vendedor de cuentos” respecto a este asunto germinal —qué mejor que expresar mis pensamientos bajo la autoridad de sus palabras, “collageando” fragmentos de su obra autobiográfica: “En el caso de escribir se hace porque se tiene algo que decir, algunas palabras de consuelo para otras personas… pero uno no se sienta a “escribir” sólo para “escribir”… “Cuando un gran escritor no tiene nada que contar, hace otra cosa, tal vez cortar leña”… Un gran escritor no intenta inventar algo que escribir, sino que sólo escribe cuando tiene que hacerlo…

El ring de mi teléfono marroquí interrumpe la concentrada tarea de recolectar y trasegar las palabras de Petter el Araña a mi propia historia; me sobresalto por esta inesperada llamada todavía anónima… Aguardo en silencio la voz al otro lado… mi corazón se revoluciona expectante.
—¿Pau… estás ahí? —reconozco la voz de Lourdes, suspiro tranquilo; mi corazón se remansa…
—Sí, claro… estaba esperando una voz conocida. Qué alegría escucharte… Ayer antes de salir de la isla intenté hablar contigo pero tenías el teléfono desconectado. Te dejé este número en tu buzón porque necesitamos estar en contacto ahora más que nunca; mi teléfono personal lo cerré y no pienso utilizarlo en adelante. Quiero estar ilocalizable para el resto del mundo.
—Eso interpreté en tu mensaje… ¿Pero estás en Italia como dices en tu contestador automático, o dónde? Este número es de Marruecos; supongo que estás en Essaouira…
—Sí, Lou, estoy en mi casa en Essaouira “refugiado”; lo de Italia es sólo para despistar…
—No pensé que ibas a escapar tan pronto…
—¡Cuánto quieres que espere, Lou! ¿Qué debo esperar?... ¿Que vengan una noche a casa a quitarme de en medio? Aquí al menos me siento protegido…
—Bueno, no te alteres, Pau… Entiendo que allí te sientas más seguro… Pero también necesito tenerte cerca para sentirme segura… Pensé mucho estos días acerca de la dependencia que siento por ti. Aunque me duela, admito que tus sentimientos hacia mí no son los mismos que yo siento, y que no quieras “complicar” más tu vida de lo que está… aunque sin querer me la hayas complicado a mí… —y sus palabras son un firme reproche aun pronunciado con delicadeza. —Compartimos muchas cosas ahora, Pau, secretos en común y también sus riesgos y peligros; así que compartir la cama no me parece una complicación tan insoportable… Estamos implicados en la misma historia, Pau… ¿O no te das cuenta; tan ocupado estás en escapar? —prosigue Lou sus reclamos con sutil ironía…
—Lo sé, Lou… y tú saps què vull dir-te, ¿no? Compartir la cama contigo me perece no sólo soportable sino adictivo… —y al otro lado oigo su risa fresca, un torrente de “semicarcajadas”—… Sólo quería decirte que no voy a tu ritmo sentimental por ahora. Que no puedo poner la atención que quisiera en nuestra relación, y que no podemos tener futuro si no soluciono antes mi presente…
—Y de paso el mío, mi querido Pau… En fin… continuaremos “lo nuestro” en otro capítulo; me va a costar una fortuna esta llamada… Te cuento novedades telegráficamente; luego te escribo y envío algunos recortes de noticias de agencia que me han llegado hoy…
—Estoy impaciente, Lou… Te necesito —e intento pronunciar esas palabras con todos los significados y matices de mi necesidad; más aún después de mi conversación con Ahmed…
—Eres un encallecido seductor, Pau… Bien, vamos a la pocilga… Te cuento: Don Pedro Emilio hizo ayer una declaración voluntaria en la Audiencia Nacional. Lo sorprendente es que ha implicado a sus tres hijos y un par de hombres de total confianza, dos de sus testaferros. He hablado con algunos amigos juristas en Madrid para interpretar esta “traición” familiar y están seguros que no es lo que parece. Me explico: creen que les está protegiendo aunque les implique. Les protege de dos maneras complementarias… Primero haciéndoles partícipes de algunas de sus tramas menores, por supuesto también delictivas. Lo que supone que el Juez les llamará a declarar no más tarde de mañana, antes de Navidad; pero ahora ya no como testigos sino como acusados, por lo que tienen derecho a defenderse incluso con la mentira o negándose a testificar para no incriminarse… —hasta el momento eran sólo testigos para el Fiscal, es decir estaban obligados a decir la verdad, a colaborar absolutamente con la Justicia, a riesgo de perjurio o sanciones por su obstrucción si no lo hacían. Así que el jefe de la familia se protege, implicándoles, protegiéndoles con su acusación… una paradoja legal muy eficaz… ¿Oyes bien, Pau?
—Sí, Lou… continúa, por favor, no te quiero interrumpir
—Pero con esta estratagema parece ser que también quiere protegerles físicamente y no sólo jurídicamente. Se dice que ha pactado con el Fiscal para que solicite al Juez sus internamientos preventivos en la cárcel, si es posible en la misma prisión en donde está ahora Don Pedro Emilio, aunque estén incomunicados. Seguramente el Juez les impondrá una fianza que no desembolsarán y pasarán de inmediato a la cárcel. Con este extraño movimiento deduzco que el Sr. Piedra está confesando que se siente en peligro, él personalmente y su familia y allegados más próximos, acosados no sólo por la Justicia sino por algo o alguien todavía desconocido… Tiene miedo por sus vidas. ¡Qué fuerte!… Don Emilio Piedra, el gran “Capo” de la Operación “Piratas del Mediterráneo”, acojonado por su vida y las de su gente, se refugia en la cárcel de Alhaurín de la Torre protegido por Instituciones Penitenciarias y un ejército de delincuentes que seguramente habrá reclutado en prisión… ¡Qué titular!
—Lou, si esto es verdad, la historia da un giro si cabe más perverso, tan misterioso como inesperado… ¡Imagina!… ¿Quién puede estar detrás o enfrente de un hombre tan poderoso? ¿Y si sólo fuera que se está protegiendo de la venganza imprevisible de alguien menor entre los que ha estafado y dejado por el camino? —intento rebajar con escasa convicción el grado de amenaza a Don Pedro Emilio.
—No creo; para eso hubiera bastado con esconderse en cualquiera de sus casas-bunker y contar con un puñado de guardaespaldas… No olvides que su mujer, aunque bajo control policial, todavía está libre, refugiada en su casa de Sotogrande. Parece que va a ser la única que se arriesga a permanecer fuera de la cárcel separada del resto; yo creo que ha asumido la “jefatura” de la familia en el exterior…
—Pues claro, Lou… Doña Carmen es la única persona en la que pueden confiar afuera… Qué carácter el de esta mujer; no veas el coraje que tiene pese su aspecto frágil y belleza de porcelana… —cómo me impresionó Carmen cuando la conocí; la recuerdo siempre como una hermosa figura de “Blanc de Chine”…
—Y hablando de mujeres… Me han asegurado que Iris Barbier, la testaferro "sexy" de Don Pedro Emilio en Madrid que “cayó” la semana pasada, no sólo era una amiga de colegio de tu difunta “ex”… —y lo deja caer como si nada… Le interrumpo de inmediato con un sostenido siseo que atiende sin más. Sabe que me duele su intención.
—Lou, por favor, no me que gusta que adoptes este tono y utilices esas palabras cuando te refieres a Saskia; lo sabes —le reprocho secamente…
—Discúlpame, Pau, no lo hice con "muy" mala intención… Prosigo: la dulce Iris parece que también era “más que amiga” de su marido, Rodrigo… y socios en algunos negocios nada transparentes… ¡Vamos, Pau, es que tu Saskia me sale por todas partes aun sin querer! Estoy harta de su fantasma… —concluye efectivamente harta por el tono de sus palabras.
—Gracias, Lou por tu información… pensaré en ello. Tengo mucho tiempo aquí para pensar y escribir acerca de estas novedades. Por favor, envíame por e-mail esas noticias y lo que se te ocurra. Llámame cuando quieras y cuídate, que solamente tengo una Lou… Por cierto, ¿recibiste más amenazas por teléfono?
—No... Vale, descuida, lo haré… Además me han confirmado que Don Pere Barceló está recluido “voluntariamente” en su finca desde hace una semana protegido por un auténtico ejército de guardaespaldas y compañías de seguridad. Ojalá la misma desconocida amenaza tenga acojonados por igual a Piedra y Barceló… Dios, qué pesadilla… ¡Qué cabrones!
—Así sea, Inch’Allah… Un beso, Lou. Cuelga; de verás te costará una fortuna… Ten cuidado; por favor, no te arriesgues demasiado…
Ciao, hasta mañana, encallecido seductor… Disfruta tu soledad…

Cesa la voz de Lou al otro lado y nuevamente Leonard Cohen se adueña de mis oídos y mi atención en la soportable soledad de “Paul Klee”… “Todo el mundo sabe que los dados están cargados / Todo el mundo los tira con los dedos cruzados / Todo el mundo sabe que la guerra ha terminado / Todo el mundo sabe que los buenos perdieron / Todo el mundo sabe que la pelea estaba amañada / Los pobres seguirán pobres, los ricos se harán ricos / Así es como va… / Todo el mundo lo sabe”… Everybody Knows, everybody knows

Carta-oración a Lou:
Gracias Lou por estar en mi vida aunque no como deseas… Gracias por perseguir tus sueños e invitarme a formar parte de ellos… Gracias por insistir aquel domingo de octubre y no dejarme a solas con el vendedor de cuentos; por llevarme de excursión al Amor por los alrededores de Selva y Caimari… Gracias Lou por detener tu coche al atardecer y llevarme de la mano a tu boca, y de tu boca a tu vientre, acostados sobre la hojarasca de otoño… Gracias por secuestrarme aquella noche y decirme al oído esas palabras que los amantes se dicen abrazados, desnudos, sin cautelas… —hacía tanto tiempo, Lou… Gracias por retenerme hasta la mañana siguiente mientras esos hijos de puta a sueldo de sus señores entraban a mi casa y saqueaban de madrugada, violaban mis pequeños secretos y robaban mi memoria mineral doméstica modelo Asus, por supuesto… Gracias por compartir mis secretos y hacerlos tuyos por casi nada… Gracias por ayudarme a sobrevivir desesperado por casi todo… Gracias por soportarme y aguantar todo esto sin perder la sonrisa ni extraviar tus caricias por el tortuoso camino del miedo y la madre que lo parió… Gracias por resistir mis negaciones a pies juntillas y sin una lágrima… Gracias por estar aquí y ahora invisible a mi espalda mientras te escribo… No me faltes. Inch’Allah

—Recuerdo que aquella primera noche, luego de amarnos —yo pensativo y silencioso, contemplando abstraído la lámpara de papel de arroz de tu habitación— me dijiste valiente que no querías fantasmas en tu cama, que me fuera con el fantasma de Saskia a otra parte… Perdona, Lou, he vuelto a leer otra vez esta noche nuestras cartas, a mirarle a los ojos… Saskia se conoce al dedillo los corredores y laberintos del laptop; está por todas partes…


Foto: Cafés en Essaouira. Place Moulay Hassan

57 comentarios:

marichuy dijo...

"¿Y el amor? Bueno, esa es otra droga sentimental de la que también me declaro adicto pero no quiero referirme por el momento; que no viene a cuento escribir sobre mis últimas miserias sentado tan ricamente en el Café de France contemplando al micromundo de Essaouira"

Como la historia de mi vida, jeje.

Me encanta tu descripción de sensaciones -transmisión de emociones-, tu descripción de ese lugar del mundo que ya te he dicho, siempre he querido conocer. Esta segunda parte del segundo capítulo me ha gustado todavía más que la primera.

Un abrazo

Anónimo dijo...

GRACIAS ADORO LEER PERO NO TENGO MCHO ACCESO A LIBROS,ERES MI PREFERIDO!

Juan Antonio dijo...

Liberto

Me gustó este segundo capítulo más que el primero.
Espero que cada vez se ponga más interesante y que atrape la atención de los lectores.
De momento deseo que publiques el tercero lo antes posible. :)

Un abrazo.

Juan Antonio

Josie dijo...

Querido Pau...
Hay fantasmas que están muy vivos!!! yo tengo unos cuantos!!!
;-)

Nos vemos en el próximo capítulo!!

elsa dijo...

liberto.
pues me alegro de inquietaryte como "margarita" ...es una buena noticia, pero me dejas un poco patidifusa, porque ese post está en boceto en Margarita, sólo "existe" en lesjeunesdurasiennes y este blog es satélite del otro...así que aunque ambos se llebanunos"nanosegundos2, yo me entiendo...pues el otro ahora tiene que meditar lo que ha dicho srah allá por abril, de ahí lo polémico de la fecha y que lo haya retirado dejándolo como borrador y como sólo estuvo en línea unos segundos, o minutos, pues me has dejado completa y gratamente petidifusa y sorprendida...podría contestar atu pregunta ahora mismo, pero no quiero equivocarme ni un segundo en las fechas y hay un auténtico problema con el calendario Gregoriano entre el 23yel29 de Noviembre de no sé que año...pero en lo que repeta a tu inquietud no temas...sólo son cosas de "margarita" y es una composición polifónica por lo que si yo me equivoco otros no...noestá2margarita2 sola en el cotarro. No hayeligro para los del cotarro y los que estén"más o menos2 relacionados con él...te contestaré cuando el boceto esté más maduro ycon ayuda de mis durasianos más fieles.
Un besazo
ahorita paso a leer tu relato y te comento.
Gracias por tu inquietud! grato es saberlo,¡ muchas gracias!

elsa dijo...

Es un texto de lectura agradable y ameno.Sigue siendo exótico en el enccuentro simpático entre dos culturas y resulta divertido el contraste de las mismas...es curiosa la "sabia" defensa de la mujer joya-objeto, aberrante en nuestra cultura.
un abrazo. he pasado un agradable rato de lectura. La carta final es muy tierna.
Buen finde; liberto, lo que queda de este domindo, abrazos afectuosos...

Ginebra dijo...

He tomado un té (en mi caso con azúcar) contigo en esa terraza, he paseado dos horas (un hábito que es más un hobby, en mi caso) y he visitado el zoco y casi las montañas... me acabas de administrar una medicina para el alma, Liberto. Un beso y hasta el próximo capítulo.

Anónimo dijo...

Hola,Pau, de nuevo por aquí ,para leerte y aportar mi granito de opinión.Esta tercera entrega, me ha parecido más dinámica y amena, me ha gustado la forma de introducir a los nuevos personajes, sobre todo a Ahmed
Seguiré atenta a la espera de más .
Gracias por este rato agradable,en mi depre/tarde/dominical.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Hola gran escritor,he leído un buen trozo y otro día continuaré, sigue encantándome lo que escribes.

Gatadeangora dijo...

Gracias Liberto por estos minutos de lectura.
Me ha gustado mucho ésta segunda parte,está muy interesante,me has dejado con ganas de leer mas.
Espero que publiques pronto la tercera parte,y asi saber si encontraste a tu joya bereber o por el contrario caes en manos de Lou.
Lo de los capos me tiene en ascuas.
Besos y hasta pronto

Martine dijo...

Ya estoy enganchada... y esperando el cuarto capítulo...

Un abrazo.

tequila dijo...

Nuevamente gracias por el buen momento... le sigo...

Niebla dijo...

Buenas noches
Enhorabuena por estos tres capítulos, realmente me han dejado esperando al cuarto, que si sigue la tónica de los anteriores, que ha sido ir mejorando, va a ser magnífico.
Gracias por tu visita y muy buena noche

Francis P. dijo...

Cielos, Liberto... Esta parte me ha costado seguirla. No sé si vas, o si vienes.

Renuevo el contrato. Continua a ver...

lapaupachica dijo...

voto subjetivo de petra la araña con un rosario de expectativas...

ESTUDIOS PURPURA dijo...

Vuelvo a imprimirlo, porque se me hace muy largo para leerlo en la pantalla de un tirón.
Son 13 folios imprimiendo solo el texto.
Seguiré.

ESTUDIOS PURPURA dijo...

Como puedes ver, ya he puesto un enlace en uno de mis blogs.
Si quieres ampliar el texto de presentación, me lo dices.

HA AUMENTADO LA FAMILIA PÚRPURA.
Te recomiendo entrar en:
amanecepurpura.blogspot.com
Y SEGUIR ESTA INTERESANTE NOVELA.

--
Publicado por estudiospurpura para MENU PURPURA el 11/23/2008 11:27:00 PM

Anónimo dijo...

Yo cumplo con mi pacto, espero que tu sigas escribiendo.
Un beso.

Anónimo dijo...

Es suficiente con darle las gracias por su novela para que siga escribiendo? Pues gracias, Liberto. Podría decirle 10 veces gracias de una vez para que me las tenga en cuenta en el futuro? Genial, Liberto. Tiene misterio, hace pensar, cuando acaba el capítulo quieres más. Usted es un escritor de novelas de raza. No dude que le seguiré cada semana. Y no podría escribir un capítulo cada dos días? Es que vengo de muy lejos....Al otro lado del oceano. Me gusta esa Lou, sabe lo que quiere.

elsa dijo...

mi querido y muy estimado Liberto:
pues no sé si lees todos mis territoros realmente o es una misteriosa coincidencia,
en todo caso muy de agradecer porque Ada, la durasiana, tiene una sensibilidad a flor de piel y está a punto , puntito punto de tener una de sus famosas cóleras-rabietas de niña sideral que es porque aquí en lo que ella llama Tierra1 todo transcurre para ella con una imprecisión y falta de noticias y de buena voluntad que nuestra niña sideral cree que es más fácil encontrar ¡Rosas en el Mar! que un ´solo mortal en el que confiar a no ser algunos excepcionales durasianos fieles...ella se entiende, discúlpala,pero es que tiene cosas sideral-humanas más importante que hacer que intentar explicarles a los de Tierra 1 que lo de Juno, Júpiter Saturno y Neptuno...por no decir el S´ptimo(septiembre) que pasó a ser IX por arte de "magia" son unas patrañas humanas y euclidianas de mucho cuidado! menuda paparrucha y cabreo tiene nuetra ADA con el rollo del calendario del tal Gregorio ese...nosotros los durasianos, nos reunimos en largas sobremesas a ver si con una jota manchega o maña o como quiean llamarla se nos calma que ya ni gaitas gallegas quiere oir bailar ...yo me entiendo..gracias por desearme buenas noches y lo fueron, sí señor...muy buenas..lástima que hayan acabado y que la pesadilla de diario me llame a filas , a trabajos sociales por la Paz...yo me entiendo..un besote, lector casi durasiano

oceania dijo...

El exotismo de los lugares que describes me atraye mucho. Esto da mas color a tu cuento. Interesante esta idea que estas desarrollando de mujer-joya. Interesante el encuentro del punto de vista de Pau y el de Ahmed sobre este asunto.

Marian Raméntol dijo...

Bueno, uno se queda con las ganas de saber más, tendremos que esperar a la próxima entrega, creo que has conseguido que tus lectores renueven inexorablemente ese pacto de cita obligatoria.

Un abrazo
MArian

ESTUDIOS PURPURA dijo...

He puesto otro enlace, igual, en otro de mis blogs, para que haya más probabilidades de que entren nuevos lectores curiosos.

HA AUMENTADO LA FAMILIA PÚRPURA.
Te recomiendo entrar en:

amanecepurpura.blogspot.com

Y SEGUIR SEMANALMENTE ESTA INTERESANTE NOVELA.

--
Publicado por Adolfo Garrido Abos para SONRISAS PURPURA el 11/24/2008 10:34:00 AM

Don Segismundo de Valonsadero y Medinaceli dijo...

Tu blog es la rehostia tio. Se lo he pasao a mi primo Casuimiro y me ha dicho que lo va a poner de libro de texto en su pueblo. Y además gratis y por la noche. Acojonante, no?

Belén dijo...

Te dejo un beso, los post demasiado largos no los puedo leer de tirón, así que me iré pasando para terminarlo...

Haz menos extensos y mas post no? :)

Besicos

María dijo...

Veo que tienes alma de escritor, te deseo mucha suerte en este camino que hace poco has abierto, deseándote tengas mucho éxito, y espero la siguiente entrega.

Un beso.

MRB dijo...

Hola Liberto:
Como verás vine libremente a tu espacio. No me sorprende tanta imaginación y tan buena escritura. Tienes definitivamente madera de escritor, de hecho, ya lo eres.
Te mando un beso y espero nos frecuentemos más. Un placer leerte.
Shanty

Anónimo dijo...

Lo que más me gusta es como intercala los pensamientos de Pau Bondia y los de Petter El Araña enmedio de la acción. A veces parece que son el mismo personaje. Le sigo con interés aunque hasta hoy no le había comentado. Me parece justo pagarle con un comentario. ¿y si sólo le digo: continúe? Le felicito. Arturo

marichuy dijo...

Liberto

Hay algo que no te he comentado por temor a ser malinterpretada, pero aquí voy:

Entre lo mucho que se agradece que publiques tu novela por este medio, esta su cariz nostálgico. Al hacerlo así, nos remites al romanticismo del siglo XIX, cuando las novelas se publicaban por entregas. Ahora no serán los folletines insertados en los periódicos, o publicados en solitario a mediados del siglo XIX -y tan menospreciados, a mi juicio injustamente-, pero si son entregas virtuales que uno espera ansiosamente cada semana.

Un beso decimonónico

Martín Garrido dijo...

Me gusta tu estilo, y eso es algo que no puedo decir a menudo. La verdad es que tienes una forma muy especial de enganchar al lector, y eso que no tienes un pulso demasiado comercial, por decirlo de alguna manera. Eso es bueno, sin duda. Sinceramente, no tengo mucho tiempo para visitar blogs, aunque tengo ganas de ver qué pasa, cómo se desarrollan los acontecimientos. Veremos qué nos propones, paisano.

Por cierto, el lunes que viene estreno una obra de teatro en el auditórium de Palma de Mallorca, en la Mozart, y estaría encantado de invitarte. Si te apetece me lo apuntas en el blog...

Un saludo.

Anónimo dijo...

Más allá del pulcro estilo de escritura, sabes cómo hacer que el lector quede enganchado a tu novela.
Yo siempre digo que prefiero una historia interesante a un estilo literario perfectísimo. Pero en tu caso, se unen ambos elementos.
Veremos cómo termina esta historia.
Saludos.

LaClau dijo...

Liberto, Me he quedado con una de tus frases: "Razonar no es lo mismo que sentir". Suena fácil, pero podemos vivir la vida optando por lo primero y perdiéndonos la dimensión profunda (y también dolorosa) de lo segundo.

....¿Qué va a seguir en la historia? ¿Quién más va a aparecer en ella?

Azul Purpura dijo...

Me está gustando tanto tu novela que estoy enganchada. Me llama la atención tu estilo y minuciosidad en detalles que releo algunos párrafos simplemente por el gusto de fijarme y disfrutarlo.
Ando impaciente por el tercer capítulo, o segundo tercera parte.

Espero que mi pc esté del todo arreglado en unos dias y enseguida volveré a los fogones, esta vez para novatos/as culinarios, que las perdices ya han caducado!

un saludo

Claus dijo...

Hola Liberto.
Este capítulo, esta muy bueno también. Me gusta la manera de cómo el hombre vive un tanto desconectado de sí mismo; esa sensación de a ratos interiorizar en él mismo.Es un buen ejemplo de lo que sentimos los escritores cuando nos enfrentamos a escribir.Me gusta que identifiques eso, que hemos sentido muchos, con el personaje.
Esperaré el otro capítulo, felicitándote por tu perseverancia.

Un abrazo,

Laín

Kiwi dijo...

¡Hola!
Es interesante lo que escribes, me llama la atención sobretodo el que abordes una cultura distinta, en algunos aspectos tan diferente a la nuestra. Bueno, espero seguir leyéndote. Gracias por pasarte por mi blog y comentar. :)
Saludos.

Silvia_D dijo...

Ando "algo desconectada", niño, pero no puedo dejar de leerte ;)

Me sirvo un café, largo y sin azúcar y te voy leyendo...

La tarde es gris y lluviosa y nada mejor que un buen relato :)

Mordiscos^^

CUCALELLA dijo...

Estuve de tránsito, pero siempre regreso para transitar en tus palabras. Te seguiré transitando, te lo prometo. Eres mi “transitante” preferido…

Silvia_D dijo...

Me he tomado dos cafés, no uno jajajaja

Es algo complicado de leer porque como siempre, busco... y no en google, partes de ti :)

El otro día estuve en Caimari, mira que si llegamos a cruzarnos :)

Ha parado de llover, creo que bajaré a Costa de los Pinos a ver la playa, me gusta ir después de una tormenta.

Besitos y bocaos y sigue o te muerdo el pescuezo

Anónimo dijo...

Se aviva en cada capitulo el alma de escritor que posees con un componente rico en la narrativa y excelente descripción geográfica.

Besitos♥

antonia maxwell dijo...

Cumpliendo con el pacto Don Liberto. La lectura, increible, aunque imposible seguirla de golpe. Como un buen libro, poco a poco y repasando. Imágenes se quedan hasta con los ojos abiertos... como una roca de azucar que me transporta a tierras donde se encuentran así, cuando las hay.
Hasta dentro de un rato, compañero de recuerdos.

Maribella dijo...

MUY INTERESANTE ESTA 2ª PARTE. QUIZÁ UN ESCRITOR NO TENGA QUE ESCRIBIR UNA NOVELA, QUIZÁ UN ESCRITOR ESCRIBA POR OTRAS RAZONES. TU ESTILO ES IMPECABLE, PERO RESULTA MÁS SORPRENDENTE COMO LO ENTRELAZAS, POSEES UNA SENSIBILIDAD EXQUISITA. A ESTA MARIPOSA LE GUSTA MÁS LO QUE TE ADIVINA, QUE EL RELATO EN SI. ESPERO CONTINUAR DESCUBRIENDOTE EN CADA PEDAZO QUE NOS BRINDES. AMATE MUCHO ES IMPRESCINDIBLE PARA DAR Y RECIBIR. UN BESO.

BEATRIZ dijo...

Buenos dias LIBRETO,

He leido esta segunda parte del capitulo
...tienes una habilidad para habitar los espacios, envidiable, los matices son delicados, y una profundidad intelectual que sobrepasa muchas veces la existencia de tus personajes, a quien le interesa la simpleza cuando se te escucha a ti, intelegir en una linea que se dibuja entre lo estetico y lo existencial?...yo no se si eso sea bueno o malo en Literatura, simplemente lo disfruto.

Gracias por invitarme a leerte. Seguimos al pie de las letras.

Saludos sinceros

.. Âtipik Fräulein.. dijo...

y todo parte desde un lugar donde se va a estar solo o muy bien acompañado, me ha encantado.

hasta te dejo un regalito en mi blog.

Anónimo dijo...

wow Liberto!!!... esta segunda parte del segundo capítulo ha sido extraordinaria... vaya, vaya... ese Pablo se ve que se las gasta con las mujeres eh?, y ese adjetivo de encallecido seductor me ha parecido genial!!!, creo que describe bien al personaje, que por lo pronto a mí, ya me sedujo... ummm, por lo tanto, seguiré al pendiente de sus aventuras...

Besos celestiales

Polvorilla dijo...

Cuando comentas que escribir no es sentir, estoy absolutamente contigo, nada se sabe si no se vive y sobre todo si no se siente, así que creo que el orden de las cosas está en sentirlas y ello, nos da constancia de saberlas, luego asimilarlas y digerirlas para mas tarde amarlas.
Entre saber y conocer hay un abismo, me da la sensación que en el fondo de tus escritos es un pilar, me explico: cuando nos basamos en las experiencias de vida que sí sabemos, estamos directamente evocados a fracasar, puesto que tendemos a basarnos en la experiencia y no en el momento que estamos viviendo, sin darnos tiempo a sentirlo y deglutirlo; seguramente nuestro personaje Pau teme por lo vivido y no se permite volar, es cierto que el miedo nos inmoviliza pero también puede hacernos huir o agredir sin más.

Gracias por dejarnos participar de tus dotes.

Un petò dolç.

Anónimo dijo...

Sigue escribiendo asi, me encanta y estoy deseando más. Me sabe a poco. Besos
anamorgana

Unknown dijo...

Tu lo sabes Liberto.....Sigue....Un abrazo

Unknown dijo...

¿qué nos está preparando? ya estoy impaciente ¿tardará mucho en publicarlo? Siga por favor....... que nervios.

Unknown dijo...

Donde está el tercero?

Anónimo dijo...

Felicidades sigue así, es genial.

Anónimo dijo...

...Me encanta como aparecen los personajes,como surgen tus reflexiones,como nos introduces en los espacios y paisajes,sabores y colores, como escribes...quiero saber todo... no tardes ..por favor.. un abrazo

aus dijo...

Hace un par de días vine hasta acá y leí... no sé porque no comenté, creo que es el exceso de cosas en la cabeza. Por supuesto que puedes utilizar la frase, continúo al pendiente de la historia.

Edurne dijo...

A mí nadie me invitó, yo simplemente aparecí, caí por aquí, y por lo de ayudar a llegar a 52, dejo aquí mi 50!

Volveré cuando sea menos tarde, cuando esté menos cansada,
cuando tenga menos sueño,
cuando tenga más tiempo...

Volveré y leeré; de momento me quedo con ese té a la menta y sin azúcar, s'il vous plait!

Marina Culubret Alsina dijo...

El camino serpenteante de la vida es una gran mano de orfebre. Siempre me gustaron las piedras, quizás porque en todas estas joyas (para mí lo son) veía geodas...

Un bes,

Gwynette dijo...

Muy atractivo el diálogo del amor entre las dos culturas..y casi puedo entender lo que dice Ahmed, si no me pusiera tan nerviosa el discurso.. :-)

Petter el Araña: me gusta su filosofía..este sería amigo mio.

El Bazar o el Zoco..que recuerdos!, la luz del sol filtrándose entre los cañizos y las telas teñidas -que colores tan increiblemente bellos que fatigan la mirada- los mismos colores que las especies..tus escritos me desplazan, me están entrando ganas de volver a Marrakech !!

Tengo que elegir entre leer el texto que es largo comparado con los posts ordinarios o responderte, no dispongo de más tiempo..y aún me queda otro capítulo *_*

Te leo, te sigo, te animo.. y por la noche vuelvo a "las cartas marcadas"

Un beso. Pau -Pau?-

Raquel Graciela Fernández dijo...

Muy buena esta tercera parte. Espero ansiosamente la próxima!!!!
Un beso grande y buena semana.

Raquel Graciela Fernández dijo...

Recién hoy pude leer detenidamente los comentarios de mi blog beatle, y, cuando vine a ver el post de "Arterapia Sentimental" no encontré el blog!!!! Tengo la sensación de que me perdí algo importante...
Si podés, mandame el post al que hacés referencia en tu comentario por mail.
Un beso grande y buena semana.